Una toga, indica la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, es la ropa de ceremonia típica de ciertos docentes, letrados y magistrados. En otros tiempos, además, este término identificó a la indumentaria talar larga que, sobre la túnica, llevaban los antiguos romanos.
De buscar alternativas al respecto, descubrimos la existencia de la toga palmada (tal como se define a aquella bordada con palmas de oro que, en contextos solemnes, se usaba en la Antigua Roma), la toga viril (opción blanca y sin ornamentación que, en Roma, marcaba el paso a la adolescencia de quien la usaba) y la toga praetexta (con bordes en púrpura, reservada para acontecimientos importantes y destinada a altos magistrados, senadores y niños). Para el cónsul, en tanto, se reservaba la toga picta o palmata, mientras que la toga candida se dejaba ver en las asambleas cubriendo los cuerpos de quienes se postulaban a las magistraturas. Las prostitutas y las mujeres separadas por cuestiones de adulterio, por agregar información de interés sobre el tema, tenían la obligación de vestir la toga muliebris, así como en momentos de luto ganaba protagonismo la toga pulla.
Hoy en día, a nivel mundial es habitual que en ciertas instituciones educativas los niños y jóvenes, al concluir cada etapa de su formación académica, luzcan togas de diferentes colores, tamaños y materiales durante la ceremonia de graduación.
Lejos de las interpretaciones vinculadas a una prenda de vestir, es posible reconocer asimismo, bajo la denominación de Toga, a un municipio español que se ubica en la provincia de Castellón.