Tipos de clientes


Toda persona que utiliza de forma periódica una determinada prestación o adquiere un producto o servicio a través de una transacción financiera se denomina cliente. Si bien este concepto se suele emplear en la mayoría de los casos como sinónimo de parroquiano, consumidor y/o comprador, es necesario tener en cuenta que el término también describe a un individuo que está bajo protección o tutela de otra y, en informática, a un equipo o proceso que accede a recursos brindados de forma remota por un servidor.

Desde la perspectiva del comercio, el cliente puede ser definido de muchas maneras de acuerdo al rol que desempeñe, a su condición respecto a una empresa, local o profesional, a su frecuencia y volumen de compra y a su nivel de satisfacción.

Así, entonces, se puede discriminar entre clientes antiguos, clientes actuales y clientes potenciales; clientes activos e inactivos; clientes de compra frecuente, promedio y ocasional; clientes de bajo, medio o elevado volumen de compra; clientes influyentes, clientes satisfechos y clientes insatisfechos.

En cambio, la clasificación informática de cliente da origen a categorías determinadas en función de la cantidad de tareas a realizar: será un cliente pesado, por lo tanto, si tiene capacidad para almacenar y procesar datos; un cliente híbrido si no tiene almacenados los datos con los que trabaja y un cliente liviano si no tiene capacidad de procesamiento y sólo se limita a recoger datos del usuario, trasladarlos al servidor y reflejar la respuesta.

Por su parte, el mundo de la política entiende como cliente a quien recibe recompensas a cambio de votos o favores políticos.