Para mucha gente de diversas edades, el termo, ese producto con forma de cilindro que se cierra de manera hermética y permite conservar por varias horas la temperatura del líquido con el cual se lo ha llenado, es un elemento indispensable a la hora de viajar, de hacer un paseo, de trabajar o de, simplemente, disfrutar unos mates en la comodidad del hogar.
Hay, en relación a este objeto que se puede adquirir tanto al por mayor como al por menor, una amplia disponibilidad en materia de marcas, precios, colores, diseños, tamaños y materiales. Es posible optar entre termos de plástico cuyos fabricantes los describen como irrompibles, termos de acero inoxidable, termos de telgopor, termos de aluminio que se pueden sublimar para lograr resultados exclusivos y personalizados, y termos de vidrio, por enumerar las posibilidades más comunes. La capacidad de cada uno, independientemente de su apariencia, nos lleva a diferenciar entre termos pequeños de medio litro, termos convencionales de un litro y termos más grandes y resistentes para poder conservar más contenido que los anteriores. Algunas presentaciones, además, incluyen una canilla para regular a través de ella la salida del líquido.
El destinatario o usuario de cada uno de estos elementos, por otra parte, determina por el estampado o color si se hace uso de un termo infantil, juvenil, de carácter deportivo, femenino o masculino…
Los termos, cabe resaltar asimismo, son útiles para servir café en eventos al aire libre, para conservar caliente el agua para un té o un mate y para almacenar jugo, por detallar múltiples alternativas a tener en cuenta.