El avance de la tecnología ha dado origen a numerosos productos que, por las posibilidades que ofrecen y sus cualidades, revolucionan múltiples ámbitos. Así sucedió, por ejemplo, con la aparición del smartwatch, un reloj pulsera que tiene la particularidad de ser inteligente.

Los modelos iniciales, dentro de la novedad, tenían un alcance limitado que les permitía acciones básicas como la ejecución de traducciones, mini juegos y cálculos. Con el paso del tiempo, las mejoras consiguieron ampliar las funciones de estos dispositivos, dotándolos con acceso a Internet, la posibilidad de enviar y recibir mensajes de texto, realizar llamadas telefónicas, etc: todo desde un reloj sujetado a la muñeca.

Muchas empresas llevan años sorprendiendo a los clientes con estas modernas propuestas. En 2013, por señalar un caso puntual, salió a la luz el Samsung Galaxy Gear, un reloj inteligente capaz de medir los pasos del usuario, tomar fotografías y grabar videos, más allá del contacto telefónico que permite. Meses antes, el mercado se había enriquecido con el surgimiento del Sony SmartWatch, una pieza con conexión a teléfonos inteligentes con sistema operativo Android y acceso a redes sociales: después de él nació el Sony SmartWatch 2, un producto con estructura de aluminio que incorporó girómetro, brújula y acelerómetro.

El trabajo conjunto de Google y LG, por su parte, dio origen al LG G Watch R, una opción de formato circular que llegó después que el Motorola Moto 360, un invento que Motorola Mobility anunció en marzo de 2014. Pebble Technology Corporation, en tanto, desarrolló el Pebble Time, un reloj inteligente que, conectado a un teléfono inteligente a través de bluetooth exhibe notificaciones y permite la reproducción musical, entre otras acciones.