Las tetinas, señala la teoría, son productos muy empleados a nivel mundial que reproducen la forma del pezón y le permiten al bebé o niño succionar para alimentarse con el contenido de un biberón. No todas son iguales: los materiales para confeccionarlas, la calidad, los tamaños y los formatos, por ejemplo, son variables a tener en cuenta al momento de elegir la mejor tetina de acuerdo a las necesidades o condiciones de cada criatura.
La oferta disponible en relación a este delicado elemento abarca desde tetinas de caucho hasta tetinas de silicona. La sustancia, en tanto, determina la adquisición de tetinas con orificio para agua o leche o bien de tetinas para líquidos gruesos (como jugos, leche con cereales, etc).
Si buscamos opciones concretas, el mercado nos ofrece tetinas de flujo lento dotadas con válvulas para evitar o minimizar el riesgo de cólicos, tetinas de tres posiciones para regular la salida de la leche en función de los requerimientos del niño, tetinas anatómicas u ortodónticas, tetinas redondas, tetinas de base ancha, tetinas fisiológicas, tetinas de flujo medio para mayores de tres meses de edad y tetinas especialmente diseñadas para los recién nacidos.
Es importante saber además que, más allá de todas estas alternativas, hay tetinas específicas para bebés con paladar hendido (o fisura palatina) que estimulan al pequeño para que aprenda y logre succionar y masticar, tetinas pequeñas con un formato especial para bebés prematuros y tetinas con un diseño particular para quienes tienen labio leporino (también definido como labio hendido), por indicar las posibilidades más comunes.