Al consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE) para saber qué es una tercería y en qué contextos se utiliza esta palabra, salen a la luz muchas interpretaciones y posibilidades de uso. A nivel general, una tercería es la función que adquiere un sujeto cuando media entre dos partes; los expertos en Derecho, en tanto, emplean esta noción para identificar al juicio en el cual se hace valer el derecho sobre un bien que se encuentra embargado y a la gestión que, en el marco de un proceso ejecutivo, hace aquel que se presenta como dueño de bienes que están embargados.

Si centramos la atención en el rol activo de un tercero en un litigio judicial, descubriremos numerosas categorías de acuerdo a cómo se desarrolle el panorama y qué propósitos posea el individuo.

Una tercería de mejor derecho, por indicar un caso posible, tiene lugar cada vez que un tercero asegura tener mejor derecho sobre el resultado de la venta del bien que se embargó en comparación a quien ha embargado dicho bien. La tercería de prelación, en tanto, lleva al tercerista a probar que existe el crédito y a buscar el pago por las condiciones de privilegio respecto a más de un acreedor.

Asimismo, existen casos de tercería de dominio (donde el tercerista dice ser el propietario y poseer el dominio del bien que se ha embargado), de tercería de pago (persiguiendo el objetivo de un pago privilegiado al regularizarse las deudas de quien ha sido ejecutado) y de tercería de posesión (focalizada en bienes que están sujetos de embargo).