Al buscar información que ayude a ampliar nuestro conocimiento sobre las lombrices, a menudo nos sorprendemos con la inmensa variedad de gusanos nucleados dentro de este gran y diverso conjunto cuyos integrantes se diferencian entre sí por procedencia, color y tamaño, entre otras variables.
Los animales, incluido el ser humano, pueden resultar afectados por un parásito conocido como lombriz intestinal que se instala en los intestinos, por enumerar una posibilidad que no se puede dejar de mencionar por los problemas que genera. La lombriz solitaria, en tanto, es el nombre común que recibe la tenia, un gusano perteneciente al orden de los cestodos que suele enquistarse en la musculatura de vacas y cerdos, y a través de ellos pasa a otros mamíferos cuando éstos consumen carne cruda infectada.
En el orden Haplotaxida, por describir otra opción, encontramos a una familia compuesta por anélidos oligoquetos que solemos reconocer bajo la denominación de lombrices de tierra o lumbrícidos. Como parte de este grupo dentro del cual hay múltiples variedades aptos para el consumo, a la vez, descubrimos a la lombriz roja, un organismo del género Eisenia que se caracteriza por ser una hermafrodita de carácter incompleto en cuyo interior funcionan seis pares de riñones y cinco corazones, según cuentan los expertos en esta especie.
Más allá de las alternativas mencionadas líneas arriba, es interesante tener presente asimismo que hay varios hábitats donde pueden subsistir y reproducirse las lombrices, tal como ocurre con las lombrices de arena y las lombrices de agua, por citar dos casos fáciles de reconocer.