Para realizar actividades deportivas y realizar tareas cotidianas en un ámbito informal, las zapatillas son el calzado más apropiado. Para poder satisfacer la demanda de toda clase de consumidor, existe a nivel mundial un amplio abanico de alternativas en materia de zapatillas.
Hay modelos diminutos para bebés; otros con estampados infantiles que lucen tanto los niños como las niñas; diseños juveniles para los adolescentes; y talles grandes en distintas versiones para hombres, mujeres y gente de la tercera edad (pueden ser lisas de un solo color, tener apliques, estar personalizadas, etc).
Cabe resaltar que el material utilizado para su fabricación también entra en juego a la hora de categorizar a las zapatillas. Hay de cuero, de lona, de gamuza, de neoprene, etc.
La utilidad que se le dará a este calzado o el ámbito en el cual se lo utilizará también es importante a la hora de seleccionar un par de zapatillas. Las zapatillas de ballet, por ejemplo, no sirven para jugar al básquet, así como tampoco las zapatillas femeninas con plataforma resultan útiles para jugar al fútbol. Los pilotos de carrera, por su parte, no usan el mismo estilo de zapatillas que alguien que sale a correr o que practica voleibol.
Más allá de tener en cuenta cómo se aprovecha el término en el rubro del calzado, es interesante recordar que esta palabra también tiene aplicaciones en otras áreas. En algunos países, por ejemplo, se define como zapatilla al dispositivo múltiple o regleta que permite enchufar distintos artefactos eléctricos en una misma estructura que se conecta a la corriente.