El perro mastín, por sus características y temperamento, fue aprovechado desde sus orígenes específicamente para custodiar y proteger al ganado. Es un animal fornido de tamaño grande que, de acuerdo a su lugar de procedencia y a las particularidades que posea de la raza a la cual pertenece, se nuclea en diferentes categorías, algunas de las cuales vamos a describir a continuación con fines informativos.
Propio del suelo español es, por ejemplo, el mastín del Pirineo, perro que a lo largo de su Historia supo cuidar a rebaños de ovejas para evitar que fueran víctimas de ataques de otras especies. El mastín afgano, por su parte, es un corpulento animal de mandíbulas fuertes y músculos poderosos que en Afganistán se reserva para peleas caninas organizadas entre tribus para resolver los conflictos humanos a costa del sacrificio de estos perros.
Cabe destacar que otra variedad que ha enriquecido a la familia de los mastín es la que se conoció como Mastín de los Alpes, un perro emparentado con el San Bernardo que se considera extinto.
El mastín napolitano (el cual desciende del antiguo moloso romano), el mastín americano (surgido en Estados Unidos como resultado de la cruza de un Perro Pastor de Anatolia y un Mastín Inglés), el mastín borincano (o Gran Mastín de Borinquen, nativo de Puerto Rico) y el mastín de Kumaon (raza surgida en India que en la actualidad tiene muy pocos representantes expandidos por el mundo) son otros ejemplos que demuestran la diversidad y distribución internacional que tiene esta raza canina.