El significado de la palabra lunar es diverso y permite adaptar el término a múltiples circunstancias y contextos. Puede, por ejemplo, aludir a algo relacionado a la luna (eclipse lunar, por señalar una posibilidad), describir las manchas generalmente redondeadas y pequeñas que aparecen en distintas partes del cuerpo del ser humano al acumularse pigmento o hacer referencia a los diseños circulares estampados, bordados o pintados en materiales como telas, papeles o maderas.
Si analizamos los lunares que detectamos en nuestra piel y que se van multiplicando con el paso del tiempo por el crecimiento grupal de células pigmentadas, podemos diferenciar entre lunares comunes que surgen en áreas con exposición a la luz del sol y lunares atípicos que exigen una consulta al médico. Al respecto hay que tener en cuenta que no es usual que un lunar común se transforme en melanoma (la modalidad más grave de cáncer de piel) pero un cambio de tamaño, color o textura merece una evaluación por parte de un dermatólogo: lo mismo si el lunar sangra o pica.
Si nos referimos a los lunares elegidos como diseño, por otra parte, vamos a poder diferenciar entre lunares de mayor o menor tamaño en comparación a otros que pueden ser de colores o presentarse en versión clásica variando entre blanco o negro. Los lunares pueden aparecer en prendas de vestir, calzados y accesorios; en juguetes; en cajas, bolsas y envoltorios; en materiales escolares; en tortas y pasteles; en productos de vajilla y en adornos para el hogar, por señalar algunas alternativas.