Una amplia e interesante variedad de interpretaciones tiene el concepto de mechero, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE). Además de aludir a los encendedores de bolsillo y al lugar donde se ubica la mecha para iluminar algo, este término se aprovecha en la práctica para hacer referencia a los ladrones de tiendas. Y a medida que profundizamos en todos sus significados, descubrimos múltiples categorías que diversifican a la noción.

En un laboratorio, por ejemplo, los científicos hacen uso del mechero de gas Bunsen a la hora de esterilizar muestras, calentar materiales o lograr la combustión de reactivos. En los automóviles, en tanto, es posible hallar conectores eléctricos conocidos como tomas de mechero que, si bien en un principio se utilizaban para encender cigarrillos, hoy en día se destinan al suministro de energía eléctrica para dispositivos pequeños.

Más allá de estas alternativas, es posible además conseguir mecheros alimentados a leña para cocinar al disco cuando uno está al aire libre o tener un mechero solar para generar fuego y encender elementos diminutos haciendo uso de la luz del sol. Con conocimientos mínimos y muchos recaudos, también se pueden armar mecheros caseros, aunque esta experiencia exige responsabilidad y sentido común para evitar accidentes.

Cabe destacar que, para poder elegir el mechero correcto es imprescindible establecer primero a qué actividad se lo destinará y cuál es el presupuesto reservado para tal fin, ya que hay mecheros más antiguos que otros, con diferentes particularidades (sus pesos, sus tamaños, sus tecnologías, etc) y disponibles en un gran abanico de precios.