Con origen en el término latino ritus, la palabra ‘rito’ hace referencia a una ceremonia, a un ritual o a una costumbre propia de un grupo de gente con creencias o tradiciones en común.
El denominado rito abisinio, por ejemplo, es el que cumplen los católicos romanos residentes en África Central que responden a las directrices de un vicario apostólico afincado en Abisinia, mientras que el rito de purificación es el que se celebra en cualquier religión en contacto con el agua (el Bautismo es ejemplo de esto).
Más allá de los mencionados, como se advierte al indagar en este concepto, hay a nivel mundial ritos de sangre (aquellos que suponen la aparición de sangre a través de cortes que respaldan juramentos, prácticas como los sacrificios de animales, etc.); ritos de paso (celebrados en episodios clave de la vida humana como el nacimiento, el matrimonio o el fallecimiento); ritos funerarios (desarrollados como despedida a alguien que ya dejó la vida terrenal); ritos de iniciación (como forma de introducir a una persona en un arte o disciplina secreta); ritos de conmemoración (para recordar un hecho clave para la Historia, una comunidad, una ciencia, etc.); ritos de consagración (válido tanto para seres humanos como para sitios) y ritos de exorcismo (para liberar a un ser que ha sido poseído por un espíritu maligno), entre otros.
De investigar con mayor precisión la diversidad de ritos que pueden observarse a escala global, surgirán también las ideas de ritos simples, ritos dobles, ritos semidobles, ritos de acción de gracias y ritos de expiación.