Un gran número de seres humanos rinde culto por fe a distintas divinidades. Esa veneración, que se acompaña por distintas normas morales y rituales, está enmarcada en la religión, un término vinculado a la cuestión espiritual que agrupa a creencias y prácticas consideradas como divinas o sagradas.
Aunque el concepto es común para todos los dogmas, existen múltiples tipos de religiones y cada uno de ellos presenta sus propias características.
El teísmo, por ejemplo, es un sistema que admite la veneración a una o más deidades. Dentro de él se pueden identificar a los monoteístas (defienden la existencia de un único Dios, tales como el cristianismo, el judaísmo y el islam), a los politeístas (corriente que adora a diversos dioses organizados en jerarquías, tal como ocurre en el hinduismo), los henoteístas (también llamada monolatría, una creencia que reconoce a varios dioses pero reserva la adoración por parte del fiel a uno solo de ellos) y a los dualistas (doctrina que admite dos principios supremos y antagónicos).
También existen religiones no teístas (como el budismo y el taoísmo) y el panteísmo (una concepción que deja al mismo nivel al universo, Dios y la naturaleza).
Hoy en día, a nivel mundial se practican religiones como el budismo, el cristianismo, el anglicanismo, el protestantismo, el mormonismo, el islam, el judaísmo y el zoroastrismo, entre muchas otras.
Cada una de las creencias que se impone en el mundo, por otra parte, está asociada a diferentes familias, razón por la cual se acostumbra a catalogarlas según sus particularidades en familia de religiones abrahámicas o semíticas, dhármicas o índicas, iranias, neopaganas, tradicionales africanas y tradicionales nativo-americanas.