En muchos ámbitos, por diferentes razones y frente a numerosas situaciones, solemos apelar a la idea de seguro. Esta palabra, originada en el latín secūrus, refiere en primer lugar al hecho de que algo o alguien esté libre de cualquier riesgo, peligro, conflicto o daño pero no es su único significado.

El término, según se desprende de las definiciones teóricas, sirve también para indicar precisión, certeza, firmeza, confianza y seguridad, además de ser aprovechado para identificar a una licencia que habilita al desarrollo o ejecución de cierta actividad; para hacer alusión a un mecanismo que funciona como traba para evitar que un aparato o dispositivo se active por algún descuido (los coches, por ejemplo, tienen trabas o seguros para impedir que las puertas se abran) y, en el campo del Derecho, para reconocer a los contratos que cubren daños, dan indemnizaciones o garantizan el acceso a una determinada suma de dinero por inconvenientes previamente contemplados en el acuerdo.

Respecto a este último caso señalado, se puede hablar del sistema de Seguridad Social (a cargo de cada Estado para proteger y proporcionarle un cierto grado de bienestar a todos los ciudadanos) y de la opción de los seguros privados, que proponen una amplia gama de productos especialmente diseñados para cada necesidad. De buscar mayor información sobre estas cuestiones sin importar su carácter estatal o privado, se podrán conocer detalles vinculados a los seguros de vida, seguros de desempleo, seguros de automóviles, seguros contra todo riesgo, seguros contra incendios, seguros de viaje o a los seguros contra desastres naturales, por citar algunas de las alternativas que existen a nivel global.

Se habla de rotor cuando se busca hacer referencia a un mecanismo giratorio que, por ejemplo, permite que los helicópteros se sustenten a nivel aerodinámico (en estos vehículos se puede hablar, según cada caso en particular, de rotores articulados, rotores semi-rígidos, rotores rígidos, rotores principales, rotores de cola, rotores contrarrotatorios, rotores en tándem, rotores entrecruzados, etc.). Desde el punto de vista de la Física, asimismo, un rotor es la pieza de una maquinaria eléctrica o turbina que tiene la capacidad de girar.

De buscar mayores precisiones sobre el uso y alcance de este concepto, se advierte que en los automóviles también hay rotores, palabra que se aprovecha además en el campo de la Medicina para identificar a un síndrome poco común que, entre otros síntomas, genera ictericia. Además, existe un transporte aéreo que fusiona detalles de los helicópteros y características de un avión que se conoce con el nombre de “aeronave de rotores basculantes”.

Como datos de color, resulta interesante tener en cuenta que la Fuerza Aérea Portuguesa realiza exhibiciones acrobáticas con un conjunto de helicópteros identificados como Rotores de Portugal y que en Rusia existe un club de fútbol conocido como FC Rotor Volgogrado.

Otras clases de rotores que le aportan diversidad a la noción: rotores Savonius (dispositivos de ejes verticales capaces de funcionar como turbinas eólicas que fueron creados en la década de 1920 por un ingeniero finlandés de quien toman su apellido) y rotores Flettner (invento del experto alemán Anton Flettner que permite impulsar naves a partir del viento).

El concepto de rulemán halla su origen en un vocablo francés (roulement) y, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), sirve como sinónimo de rodamiento. Esta palabra, según se desprende de la teoría, es utilizada en el campo de la Mecánica para identificar a una pieza compuesta por dos cilindros de formato concéntrico entre los cuales se ubica una serie de rodillos o bolas con la capacidad para girar con libertad.

Este dispositivo que puede definirse también como rolinera o rodaje posee múltiples aplicaciones prácticas pero se ofrece en el mercado bajo diferentes modalidades a fin de proporcionar soluciones precisas a cada requisito de uso en particular. Por ese motivo, hoy hemos querido hacer foco en este elemento para describir todas sus variantes.

En primer lugar, resulta interesante mencionar la existencia de dos categorías definidas por los ángulos de contacto: la de los rulemanes radiales y la de los rulemanes axiales. Más allá de esta denominación, es posible trabajar con rulemanes de bolas, con rulemanes de rodillos o con rulemanes de empuje. De buscar mayores detalles sobre estas últimas propuestas, adquirirán relevancia subcategorías que le añaden diversidad al producto, como sucede al hablar de rulemanes radiales de una o dos hileras; de rulemanes de doble hilera de autoalineamiento interno; de rulemanes con rodillos cilíndricos; de rulemanes con rodillos de aguja; de rulemanes con rodillos cónicos; de rulemanes con rodillos esféricos; de rulemanes de empuje con rodillos rectos y de rulemanes de empuje con rodillos cónicos, por citar algunas alternativas a modo de referencia.

La expresión ‘reductor de velocidad’ no deja mucho lugar para la imaginación porque, con sólo pensar en los significados de las palabras involucradas, uno ya puede hacerse la idea de que se trata de un objeto o dispositivo pensado para minimizar la velocidad de algo. De todos modos, hemos querido hacer foco en esta cuestión porque no existe una única clase de reductor de velocidad y, por lo tanto, resulta interesante compartir información al respecto.

Si pensamos a grandes rasgos qué producto fácil de reconocer a nivel cotidiano entra dentro de la categoría de reductor de velocidad, pronto podremos recordar la existencia y la función de los llamados “lomos de burro”, tal como se conoce a las estructuras distribuidas en calles y rutas para forzar a los automovilistas a aminorar su marcha y evitar así excesos de velocidad que podrían ocasionar accidentes. De investigar la variedad existente en este tipo de reductor de velocidad, aparecen las opciones de sección transversal trapezoidal y la de sección transversal de segmento circular que pueden ser pre-fabricados o construirse en el mismo lugar donde cumplirá su función.

Por otra parte, no se puede dejar de tener presente que, hoy en día, hay reductores de velocidad incorporados a maquinarias con el propósito de controlar la celeridad de funcionamiento. En este campo, se pueden individualizar alternativas de tipo sinfín-corona, de engranajes de apariencia cilíndrica con dientes helicoidales, o de engranajes planetarios, así como identificar reductores de velocidad ortogonales, paralelos o coaxiales, por mencionar propuestas concretas a modo de referencia.

Es interesante tomar como referencia la palabra ‘saber’ y, a partir de allí, comenzar a indagar en los orígenes, significados y aplicaciones de este concepto que abarca una gran cantidad de cuestiones y se relaciona con el conocimiento. Por esa razón, en esta ocasión centraremos la información en esta noción y enumeraremos las diversas clases de saberes existentes.

En primer lugar, resulta enriquecedor contar que este término halla su origen en el vocablo latino sapĕre. Se trata, como sabrán, de un concepto que sirve para describir el hecho de conocer una determinada realidad, de estar instruido, de dominar una cierta disciplina, arte o actividad y de asimilar datos sobre algo. De ahí que, en numerosos contextos, se lo cite para expresar sabiduría.

Asimismo, se puede aprovechar para asociar a un objeto con la sensación de agrado o de desagrado (“Me sabe mal el tabaco”) o relacionar una cuestión, producto o cosa con un sabor (“Ese amor sabe a chocolate”).

De buscar precisiones sobre las distintas formas de saber, adquieren relevancia la teoría (el saber teórico), la práctica (que permiten aplicar la teoría y acumular experiencia), las capacidades innatas e intuitivas (que propician un saber vinculado al talento con el cual se nace y que se puede potenciar por medio de la teoría y de la práctica) y las creencias (que llevan a un saber derivado de experiencias ancestrales), entre otros detalles. Además, en función de las particularidades, alcances y orígenes de cada saber que tenga un ser vivo se puede hablar de saberes espontáneos, saberes empíricos, saberes instintivos, saberes intuitivos, saberes racionales, saberes prácticos, saberes filosóficos, saberes simbólicos, saberes descriptivos y saberes prescriptivos, por citar otras categorías posibles a modo de referencia.

Todas las armas exigen un alto grado de responsabilidad en su utilización y manipulación pero, lamentablemente, en la vida cotidiana cada vez son más las situaciones violentas en las cuales se hace uso de algún tipo de elemento dañino que termina con heridos y/o muertos.

Pese a que ciertos productos deberían reservarse sólo para uso profesional y no estar al alcance de cualquier individuo, hoy en día es común enterarse que alguien tiene un arma de fuego en su poder. No importa que sea por motivos de seguridad (para protegerse ante eventuales ataques de malvivientes) o por un interés personal de coleccionar estos elementos: un arma de fuego siempre representa un peligro ya que, por ejemplo, de estar cargada y ser manipulada por una persona sin experiencia puede escaparse algún disparo.

Entre las armas de fuego más comunes aparece el revólver, un elemento de corto alcance en el cual las balas se ubicar en un tambor. Si bien con este nombre también se conocen algunas películas, un álbum discográfico de The Beatles, un personaje de ficción que aparece en un videojuego (apodado Revolver Ocelot) y a un dispositivo mecánico que permite ubicar múltiples piezas para cambiarlas de posición con sólo realizar un giro, en esta ocasión repasaremos a grandes rasgos cómo se clasifica el revólver entendido como arma de fuego.

En este sentido, es posible hablar no sólo de marcas y modelos, sino fundamentalmente de revólver de acción simple (sistema de los revólveres más antiguos, aunque en la actualidad es posible hallar modelos de ellos) y de acción doble (se amartilla primero y se libera luego el sistema percutor), de revólveres automáticos y de semiautomáticos, entre otros.

Si uno se pone a pensar en marcas de automóviles, seguramente vengan a su memoria numerosos nombres, entre los cuales puede aparecer el del fabricante francés Renault. Se trata, como sabrán muchos de ustedes independientemente de tener o no registro de conducir o de interesarse en el universo automovilístico, de una firma muy popular a escala internacional, con una sólida trayectoria y responsable de ofrecer en el mercado un gran número de modelos de autos para elegir en función de las preferencias de cada usuario.

A diferencia de la oferta más actual, décadas atrás las alternativas ofrecidas por esta empresa se identificaban con números. Así fue, entonces, que surgieron los Renault 3 y 4; el Renault 12; el Renault 18; el Renault 19; el Renault 21 y el Renault 30, por citar algunos a modo de referencia. Hoy en día, muchas de estas líneas aún circulan por las calles pero no son tan populares como los modelos que surgieron para modernizar la marca y mejorar las experiencias de manejo de quienes apuestan por Renault.

De apelar a la memoria, buscar información sobre las unidades más aconsejables para parejas y datos sobre vehículos ideales para familias, se podrán conocer otras propuestas que diversifican la oferta de esta compañía. El Fuego, el Clio, el Kangoo, el Laguna, el Mégane, el Sandero, el Fluence y el Latitude son otras de las opciones que, junto a los modelos mencionados líneas arriba, conforman la oferta de automóviles que, a lo largo de su historia, ha comercializado Renault a nivel mundial.

El concepto de rótula da nombre, desde el punto de vista anatómico, a un hueso que se localiza en la rodilla humana y se articula con la tibia y el peroné (en relación a este hueso, se puede resaltar que, según las eventuales lesiones o patologías que involucren a esta estructura ósea, es posible hacer referencia a la rótula bipartita, a la rótula luxable, a la rótula desviada o a una rótula bífica, entre otras posibilidades). Para la Mecánica, en cambio, la rótula constituye un sistema que posibilita un movimiento limitado contemplado dentro de un determinado ángulo, el cual puede rotar alrededor de un eje, en un plano perpendicular o en el mismo plano.

De indagar un poco en el alcance de este término que halla su origen en un vocablo latino, es posible advertir la multiplicidad de significados que se le atribuyen a esta noción. Los médicos, por citar otro caso puntual, lo consideran como sinónimo de trocisco, mientras que los expertos en vegetación definen a Rotula como un género de plantas con flor compuesto por tres especies (Rotula Pohlii, Rotula Aquatica y Rotula Lycioides) que pertenecen a la familia conocida como Boraginaceae. Si pensamos en automóviles, en cambio, se deberá hacer foco en las particularidades de la rótula de suspensión y en la rótula axial de dirección.

Frente al gran número de acepciones que tiene esta palabra en español, resulta fundamental conocer el contexto en el cual se emplea el término para poder comprender por completo qué se quiere transmitir al apelar a esta idea de amplio alcance.

A la hora de vestirnos, tanto los hombres como las mujeres tenemos a disposición una amplia variedad de prendas, elegidas a partir de variables como las condiciones climáticas, la formalidad o informalidad buscada, etc. Hoy, como ya hablamos en una ocasión anterior de la ropa en general, en Tipos.com.mx centraremos la información en la diversidad existente en materia de ropa interior.

Se define como ropa interior o íntima a las piezas que utilizamos sobre el cuerpo para cubrir nuestros genitales y que quedan cubiertas por indumentaria apropiada para mostrarnos en público. Como la mayoría de nosotros usa sostenes (corpiños, que a su vez se dividen en categorías como sujetador deportivo, sostén de maternidad, corpiño con y sin breteles, etc.), bombachas (bragas, que pueden ser tipo culotte, colaless o vedetinas) y calzones (slip o boxers, con o sin suspensores), no es necesario en este caso añadir precisiones para explicar en qué consiste la ropa interior, pero sí compartiremos información que les permita conocer, descubrir o recordar qué variedades se fabrican al respecto: de este modo, tendrán la opción de aprender y elegir cómo diversificar su vestuario.

Las mujeres, por ejemplo, tienen a su alcance modelos en distintos talles de bodysuit, una pieza pensada para cubrir desde el pecho hasta debajo de la cintura (de apariencia similar a un traje de baño enterizo); de camisolas; de ligas y porta-ligas; de enaguas; de union suit (una pieza entera que se asemeja al pijama); de tops y de bustier (de estructura parecida a la del corset). Los hombres, por su parte, pueden vestir camisetas sin mangas debajo de las camisas o remeras, shorts y prendas para cubrir sus genitales que pueden ser lisas, estampadas, etc.

La nación mexicana, tal como Tipos.com.mx indicó en otra oportunidad, se encuentra en América del Norte y limita con Estados Unidos, Belice y Guatemala, además de estar bañada por las aguas del océano Pacífico y del mar Caribe.

De este país que atesora varios rincones declarados por la UNESCO como Patrimonios Culturales de la Humanidad, como recordarán muchos de ustedes, ya mencionamos las regiones en las cuales se segmenta el territorio. Hoy, a fin de ampliar la información relacionada a este Estado, haremos alusión a los tipos de relieve que conviven en México.

En primer lugar, hay que decir que al observar y analizar los rasgos geográficos de la superficie mexicana se llega a la conclusión de que allí se conjugan múltiples paisajes donde, por un lado, hay mesetas y depresiones y, por el otro, llanuras (cercanas a los rincones costeros) y zonas montañosas. Se trata, por lo tanto, de una tierra con condiciones climáticas influidas no sólo por las estaciones sino también por los relieves que se caracteriza por ser rica en diversidad geográfica.

Cabe resaltar que en este país hay algunos volcanes y suelen producirse terremotos de intensidad variable, dos fenómenos que, al entrar en actividad y como consecuencia de su impacto natural (a raíz de temblores y movimientos violentos de la superficie), suelen alterar cada cierto tiempo el paisaje tradicional de la región. El Colima y el Popocatépetl son, de acuerdo al registro de los expertos en estas cuestiones, volcanes del suelo mexicano que en los últimos años y meses han estado activos.