El concepto de revolución (término que tiene su origen en el vocablo latino revolutĭo) tiene numerosos significados reconocidos por la Real Academia Española (RAE). De consultar el diccionario de la mencionada institución, se podrá saber en primer lugar que se define revolución al acto y al resultado de revolver.

Asimismo, la noción describe a un alboroto, agitación o inquietud; al desplazamiento orbital completo de un astro; al movimiento de rotación de una determinada figura en relación a un cierto eje; al giro circular que, analizado desde el ámbito de la Mecánica, una pieza realiza sobre su eje y a la transformación de carácter violento que pueden tener diversas instituciones dentro de un país.

Como se puede advertir, son muchas las variables que influyen para determinar la existencia de una revolución y, ante la amplitud de significado, existen múltiples categorías para enmarcar cada clase.

En ciertas ocasiones, por ejemplo, se puede hablar de revoluciones sociales, revoluciones económicas y revoluciones políticas, mientras que en otros contextos es posible hacer referencia a una revolución industrial, una revolución científica o a una revolución de carácter tecnológico. Asimismo, también existen las revoluciones agrícolas, las revoluciones informáticas y las revoluciones estructurales, entre otras.

De buscar ejemplos de revoluciones a lo largo de la Historia, no tardarán en resurgir los casos de la Revolución Francesa, la Revolución de Mayo (tal la denominación que recibieron los episodios revolucionarios que tuvieron lugar en Buenos Aires durante mayo de 1810), la Revolución Mexicana, las Revoluciones rusas (entre las que aparece la bautizada como Revolución Bolchevique), la Revolución Cultural China y la Revolución Naranja que tuvo lugar en Ucrania, por citar algunas de las más recordadas a modo de referencia.