Con origen en el vocablo latino suggestĭo, el concepto de sugestión hace referencia al hecho de sugerir, es decir, de insinuar algo. También, tal como se desprende de las definiciones teóricas, se puede interpretar como el acto y consecuencia de sugestionar y aprovechar para mencionar a las ideas o imágenes que se intentan sugerir.
Al investigar los campos de aplicación de este término, uno descubre la existencia de muchas clases de sugestión, algunas más fáciles de comprender que otras. En este contexto, por ejemplo, se puede hacer foco en las particularidades de la sugestión hipnótica e interiorizarse entonces en la técnica de la hipnosis o bien aprender qué es, cómo se lleva a cabo y qué consecuencias tiene la llamada sugestión telepática.
De profundizar en esta temática, podremos saber que la sugestión puede concretarse de manera tanto voluntaria como involuntaria y tener efectos tanto positivos como negativos.
Cuando se la utiliza de manera correcta y con propósitos buenos, los resultados son beneficiosos para quien se ha o ha sido sugestionado porque se consigue reprogramar el subconsciente para fines favorables. En cambio, la modalidad negativa convierte a la sugestión en una vía eficaz para lograr sometimientos, provocar miedos en el individuo sugestionado y mantener dominada a la persona.
Otro detalle interesante acerca de la sugestión. Es posible apelar a la autosugestión y complementar ese proceso mental con la denominada Ley de Atracción, que trabaja con el subconsciente y permite liberarnos de los condicionamientos que nos limitan o que nos convencen de cuestiones negativas.