Para pintar techos o paredes, amasar diferentes preparaciones, volver compacto un terreno y regular la tinta en los equipos de impresiones flexográficas, entre otras actividades, se utilizan diversas clases de rodillos. Estos elementos, cuyo nombre deriva del vocablo latino rotella, están muy presentes en numerosos ámbitos y son útiles para distintas labores, por eso resulta interesante conocer sus aplicaciones y particularidades.
Dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE) que un rodillo es un cilindro confeccionado en hierro o piedra con el cual se alisa una superficie o se da firmeza sobre una carretera, pero también es una pieza giratoria presente en múltiples dispositivos.
Asimismo, se conoce como rodillo a un madero resistente de formato redondeado que se desplaza a nivel del suelo con el fin de desplazar algo pesado sin necesidad de realizar demasiado esfuerzo. En el rubro gastronómico, además, se entiende por rodillo a un palo de amasar, es decir, a un utensilio compuesto por un trozo de madera compacta de estructura cilíndrica que se destina al alisamiento de una masa.
De este modo, podemos trazar diferencias entre los rodillos de cocina, los rodillos utilizados con fines de pintura (los cuales se sudvididen en las categorías de rodillos de pelo corto para pinturas acrílicas o al látex, rodillos de gomaespuma para barnices o esmaltes y rodillos de goma rígida para dar textura a la superficie), los rodillos anilox (tal como se conoce a los utilizados en impresiones flexográficas), los rodillos utilizados en agricultura y los rodillos de entrenamiento para bicicletas, entre otras alternativas.