El concepto de reacción redox, tal como se advierte al repasar la teoría, se utiliza para identificar a las reacciones químicas de reducción y oxidación donde intervienen un elemento que cede electrones y otro que los acepta, generándose así transformaciones en los estados de oxidación.
Cuando los reactivos son compuestos orgánicos, por señalar un caso posible, se producen reacciones redox orgánicas. De acuerdo a quienes se especializan en Química Orgánica, en este marco las reducciones y oxidaciones son distintas respecto a las reacciones redox normales ya que no hay, en el sentido electroquímico del término, transferencia de electrones.
Cabe destacar además que en los procesos metabólicos una de las reacciones redox fundamentales son las deshidrogenaciones, aunque en las actividades metabólicas hay un gran número de reacciones redox implicadas.
Al estudiar las particularidades de cada una de estas reacciones podemos enmarcarlas, según corresponda, en tres categorías: una se conoce como reacciones redox intramoleculares (en las cuales el agente oxidante y el reductor forman parte del mismo compuesto), otra se identifica como reacciones redox intermoleculares (las más habituales, basadas en sustancias distintas) y la tercera se denomina reacciones redox de desproporción o dismutación (conocidas asimismo como reacciones de autorreducción-oxidación, en las cuales una misma sustancia química actúa, al mismo tiempo, como agente oxidante y agente reductor).
Como se descubre al analizar los datos de este artículo, existe una amplia variedad de reacciones redox (muchas de las cuales resultan imprescindibles para la vida) y un sinfín de aplicaciones prácticas que vale la pena descubrir para aprovechar al máximo este tipo de fenómeno.