Un hongo es una planta talofita carente de clorofila que se reproduce por medio de esporas. Este organismo de perfil suele vivir en los suelos y crecer sobre materias orgánicas en descomposición. El moho, la levadura y las setas son algunos de los integrantes de este reino conocido como fungi.
Si en la actualidad se tienen mayores precisiones al respecto es porque, tras muchos años de observaciones, análisis y recopilación de datos, los expertos han podido distinguir por grupos a las distintas clases de hongos que se desarrollan en el mundo y saber, por ejemplo, que se trata de un grupo monofilético que no ingieren el alimento sino que lo absorben.
Así, pues, hoy en día es posible reconocer a los quitridiomicetes (división Chytridiomycota), a los zigomicetes (división Zygomycota), a los glomeromicetes (división Glomeromycota), a los basidiomicetes (división Basidiomycota) y los ascomicetes (división Ascomycota).
Más allá de estas denominaciones científicas, es importante tener en cuenta que los hongos pueden ser definidos de modo más simple e identificados de forma más sencilla por el común de la gente bajo las categorías de hongos ornamentales (entre los cuales se destaca la Amanita Muscaria), los hongos alimenticios (como los Agaricus Campestris y los Lactarius Deliciosus), los hongos enteógenos (también llamados alucinógenos), los medicinales (utilizados para el desarrollo de antibióticos), los contaminantes (aquellos que atacan, degradan y pudren materiales como la madera) y los venenosos (clase de hongos que intoxica al ser humano en caso de ingesta e, incluso, puede llegar a ocasionarle la muerte).