Al prestar atención a numerosas situaciones y actividades de la vida cotidiana descubrimos, por ejemplo, que no existe una única clase de guantes.
Los guantes de lana (con y sin dedos) que se utilizan en invierno para protegerse del frío, por ejemplo, no son iguales ni tienen la misma finalidad que los guantes de boxeo. En esta disciplina, los deportistas pueden optar según cada circunstancia por usar guantes de saco de entrenamiento, guantes de velocidad, guantes de sparring, etc. También son especiales los guantes que utilizan en el fútbol los guardametas (arqueros, porteros), así como también los guantes de béisbol que se llevan en una única mano (en este deporte, además, en las grandes ligas se concede un premio bautizado como Guante de Oro).
Los guantes descartables de látex, en tanto, son usualmente empleados por personas en contacto con fluidos corporales o que deben ayudar en el marco de una urgencia a un individuo o animal. Los enfermeros, médicos y socorristas son parte de la gente que usa estos elementos para evitar el contagio de enfermedades. De igual modo, para realizar tareas de limpieza y no estar en contacto con detergentes ni con cualquier sustancia química se usan guantes de goma o de algún material similar.
Las alternativas que amplían las posibilidades de uso de los guantes incluyen también a los guantes para pescadores, los guantes para estar en la nieve, los guantes típicos de los magos y de los mimos, los guantes de seguridad para trabajar y los guantes de cuero para motocicletas, por enumerar otros a modo orientativo.