Se denomina harina (término que deriva del latín farīna) al polvo fino que se obtiene al moler trigo u otros cereales y que sirve como ingrediente para la preparación de diversas comidas.
Cabe destacar que, de acuerdo a su procedencia y/o características de su procesamiento, este elemento puede ser clasificado de distintos modos y poseer múltiples finalidades.
Cuando se trata de harina tamizada y muy refinada, se la define como harina de flor, mientras que recibe la denominación de integral si conserva todo el salvado. También es posible optar por alternativas como la harina de trigo, la de centeno, la de avena, la de maíz o la harina de mandioca (variedad muy consumida en Paraguay, Argentina y Brasil por servir de base para alimentos como el chipá y la sopa paraguaya).
En el sudeste asiático, asimismo, una de las harinas que más popularidad posee es la llamada harina de arroz, así como en la India se acostumbra realizar frituras y rebozados con la harina de garbanzo (ingrediente clave en la preparación de un plato originario de Italia que se conoce bajo el nombre de fainá). En otros contextos, se utilizan harinas de origen animal como fuente de proteínas, entre las cuales se encuentran la harina de huesos, la harina de sangre y la harina de plumas y pezuñas.
Al igual que las mencionadas en los párrafos anteriores, la harina de soja, la harina tostada, la de pescado, la de calamar y la harina leudante también son importantes en la preparación de diversos platos.