Se define como pirotecnia a los productos explosivos y a los fuegos artificiales que, con frecuencia, se utilizan en marcos de celebración para ofrecer un show. Asimismo, hay que tener en cuenta que existe una clase específica de pirotecnia que se destina a usos exclusivamente militares.
Quienes analizan el alcance, la composición y las particularidades de la pirotecnia suelen diferenciar entre objetos de características pirotécnicas, materiales pirotécnicos, elementos pirotécnicos y artificios pirotécnicos que pueden tener aprovechamientos técnicos o bien ser creados con fines comerciales.
Como la manipulación de pirotecnia implica riesgos (puede explotar antes de tiempo y herir a alguien o causar incendios, por ejemplo), sólo los individuos mayores de edad y tomando los recaudos correspondientes deberían hacer uso de estos dispositivos.
Dentro de la oferta pirotécnica común pueden distinguirse a los petardos (fabricados por primera vez en territorio chino durante el siglo IX), a las candelas (estructuradas de manera circular y dotadas de un mecanismo que, al activarse desde la mecha, despide esferas de pólvora), a las bengalas (caracterizadas por producir un efecto de estrellitas luminosas y coloridas) y a los cohetes (aprovechados en el campo de la meteorología y al momento de generar un efecto especial con objetivos artísticos), además de individualizarse a las poderosas baterías (tal como se conoce al artefacto que se activa al prender una mecha y genera múltiples efectos combinados de estruendos y luces) y a las fuentes (productos que, al ser prendidos, ofrecen un impactante espectáculo visual con luces de colores que se elevan, recordando la apariencia de una fuente de agua).