Con origen en el vocablo latino sacramentum, el concepto de sacramento se utiliza en materia religiosa para aludir a los 7 signos de carácter espiritual que el Ser Supremo realiza sobre el alma humana (como ocurre con el Bautismo, la Comunión, la Confirmación y el Matrimonio, por mencionar algunos). Asimismo, se lo relaciona al símbolo de la hostia, donde Cristo está sacramentado.
En territorio argentino, además de tener aplicaciones vinculadas a la fe, este término se utiliza en panadería para identificar a unos bollos o bocados de formato rectangular que se suelen recubrir con una capa de azúcar.
A partir de estas definiciones se pueden reconocer distintos tipos de sacramentos, entre los cuales aparecen el Santísimo Sacramento (en cuyo honor se han erigido varias iglesias, como el caso de la Basílica del Santísimo Sacramento localizada en Argentina, la Iglesia del Santísimo Sacramento construida en España y la también Basílica que se emplazó en la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento), el Sacramento del Altar, los Sacramentos de Servicio (como la Orden Sacerdotal y el Matrimonio), los Sacramentos de Curación (como la Unción de los Enfermos) y los Sacramentos de Iniciación Cristiana (Bautismo, Comunión y Confirmación).
De profundizar en los alcances de esta noción, se advertirá que la palabra no sólo se relaciona a la gastronomía y a la religión sino también a la geografía (hay un gran número de localidades de diferentes rincones del mundo conocidas como Sacramento), al arte (hay pinturas, libros y hasta una banda musical bautizadas como Sacramento) y a la hidrografía (debido a la existencia del río Sacramento).