La idea de retén deriva del verbo retener (es decir, paralizar, sujetar, mantener algo en un sitio para que no se mueva) y tiene diversas acepciones a nivel internacional. Por lo general, el término se define como una prevención que se toma o el repuesto que reemplaza a otra cosa, pero también se utiliza para identificar a una tropa que entra en funciones para fortalecer un puesto militar.
En países como México, Colombia y Bolivia, se identifica como retén al puesto, ya sea móvil o estable, que permite vigilar o inspeccionar toda clase de actividades. En suelo venezolano, en cambio, se dice que un retén es un sitio en el cual se mantiene a alguien a quien se le ha dictado una prisión preventiva.
Cabe resaltar que, más allá de estas definiciones, se suele hablar de los retenes como parte de un motor o maquinaria en el cual hay un rodamiento. Estas piezas, cuya función es impedir que se pierda lubricante en un motor de explosión o caja de cambios y proteger al interior de la estructura para evitar que la alcancen sustancias que podrían arruinarla, se embadurnan con aceite o una sustancia grasosa antes de ser ubicados en el dispositivo en cuestión para minimizar la fricción. Hoy en día, existe una oferta amplia en materia de retenes: hay algunos recubiertos de goma (los más comunes), otros fabricados en metal, retenes dobles, retenes con teflon, etc. Dada la variedad, resulta imprescindible solicitar asesoramiento previo para poder seleccionar un retén en particular en función de la utilidad que se le dará y las características puntuales de la máquina en cuestión.