Se conoce como rinoplastia a la intervención quirúrgica que le permite a los expertos en cirugía plástica reparar un defecto de la nariz o bien modelarla a pedido del paciente para lograr una apariencia específica.
Como sabrán, no siempre se llevan a cabo las mismas clases de rinoplastias. De acuerdo a la experiencia de los médicos que se dedican a estos procedimientos, son múltiples las motivaciones, problemáticas y deseos estéticos que llevan a alguien a querer operarse la nariz. También, claro está, varía la edad de los pacientes: aunque es recomendable una edad mínima de, al menos, 16 años para no entorpecer el desarrollo de los huesos, hay ocasiones en las cuales un accidente o una dificultad respiratoria seria causada por una anormalidad nasal obliga a efectuar una primera intervención a edad temprana.
Si bien en una rinoplastia la zona donde se trabajará está bien definida, hay procedimientos más simples y otros más complejos que se pueden realizar según el objetivo planteado. Así, entonces, si sólo se pretende corregir un tabique nasal desviado e interviene un otorrinolaringólogo para mejorar el proceso de respiración, se hablará de septoplastia, mientras que la alternativa que conjuga propósitos funcionales y estéticos (y, por lo tanto, es concretada por un otorrinolaringólogo especializado en Cirugía Plástica Facial) se conoce como septorrinoplastia.
Asimismo, la técnica empleada determinará si se trata de una rinoplastia abierta (otorga mayor visibilidad a la hora de trabajar pero deja una pequeña cicatriz en el rostro) o de una rinoplastia cerrada (opción que exige al especialista guiarse por el tacto y no por su vista pero que no deja cicatriz visible).