Muchos significados se reconocen de manera oficial para el concepto de segmento (palabra que tiene su origen en el vocablo latino segmentum). A nivel general, se lo presenta como un término que refiere al fragmento que ha sido cortado o separado de un todo o bien a una porción en particular de algo más amplio.

En Geometría, dicen los expertos en esta materia, un segmento es el sector de una recta que está delimitado por un par de puntos concretos, mientras que a nivel lingüístico identifica a un signo o a una serie de ellos que pueden ser aislados en la construcción oral a través de un procedimiento de análisis.

Esta noción, según se advierte al buscar información detallada sobre ella, también está presente en el ámbito de la Mecánica (donde sirve para reconocer a los aros metálicos de propiedades elásticas que entran en las ranuras del émbolo y quedan ajustados en las paredes del cilindro) y en el campo de la Zoología (describe a las zonas que componen la estructura corporal de ciertos animales).

Como resulta evidente, no existe una única clase de segmento: hay segmentos esféricos, segmentos de mercado (expresión propia de los economistas), segmentos consecutivos, segmentos de noticias, segmentos de población, segmentos rítmicos, segmentos turísticos, segmentos trigonométricos, segmentos inmobiliarios, segmentos industriales, segmentos homólogos y segmentos vertebrales, entre muchas otras variedades que demuestran que la idea de segmento no es exclusiva de una disciplina o entorno sino que tiene la amplitud necesaria para extender su alcance a numerosos contextos y temáticas.

Dentro de la amplia variedad de instrumentos musicales que nos permiten desarrollar una carrera artística aparece el saxofón o saxófono, un instrumento confeccionado en metal, madera y caña (entre otros materiales) que pertenece al grupo de las piezas de viento.

Este elemento, dotado con múltiples llaves donde se destaca un tubo delgado y cónico que en uno de sus extremos se vuelve más ancho y adquiere una apariencia de campana, fue lanzado en 1845 por un fabricante belga llamado Adolphe Sax: de ahí el nombre que recibió este objeto (que llama la atención por sus notables dimensiones y su particular sonido) muy ejecutado en las bandas militares, en las bandas sinfónicas, en la música coral, en la música de cámara y en la música jazz.

Si bien el instrumento es uno solo, y se conoce bajo la denominación de saxofón, es posible encontrar numerosas variedades con características propias que permiten diferenciarlas entre sí. El saxofón alto, por ejemplo, es muy popular en el jazz (usado por Charlie Parker y Johnny Hodges, entre otros artistas), mientras que el saxofón barítono tiene el registro más grave en relación a otros instrumentos de su misma familia (en este subconjunto pueden conseguirse piezas rectas en Mi Bemol).

Asimismo, es posible reconocer al saxofón soprano, al saxofón sopranino, al saxofón subcontrabajo, al saxofón tenor, al saxofón melódico en Do, al saxofón contralto (creado por el luthier Jim Schmidt) y al saxofón mezzosoprano, entre otras alternativas que nutren a esta familia de instrumentos de gran antigüedad que se fueron modernizando con el paso del tiempo.

Se describe como sedante a toda sustancia u objeto que posee sobre el individuo que lo toma un efecto calmante. En el campo de la Medicina, esta palabra identifica a los fármacos que permiten disminuir los nervios, tranquilizan al paciente y generar relajación: en este marco y a partir de un suministro controlado por un profesional, la persona logra dormir, descansar y evitar síntomas de depresión y ansiedad, entre otras cuestiones que atentan contra su bienestar y alteran su calidad de vida.

A la hora de analizar qué tipos de sedantes existen para reducir el nerviosismo y tranquilizar a un sujeto desbordado por la angustia y otros inconvenientes similares, se puede hablar de sedantes naturales y de sedantes químicos. De buscar más detalles al respecto más allá de consultar al médico antes de ingerir cualquier sustancia con fines de relajación, se podrá advertir la existencia de sedantes hipnóticos, sedantes de administración intravenosa, sedantes odontológicos administrados por vía oral, sedantes de venta libre y de sedantes que sólo se venden exclusivamente bajo prescripción médica.

Si profundizamos en la oferta universal en materia de sedantes, encontraremos también alternativas de uso veterinario y opciones de sedación consciente que se suministran en una clínica u hospital para casos de pacientes ambulatorios que se someterán a un procedimiento quirúrgico breve y sencillo.

Cabe recordar que los compuestos químicos que actúan como sedantes pueden generar graves consecuencias si el paciente los ingiere sin recomendación ni supervisión médica. En este contexto, es importante señalar que la sobremedicación, el uso inadecuado de estas drogas y la adicción a ellas a menudo desemboca en un cuadro de intoxicación que puede llevar, incluso, a la muerte en un breve lapso de tiempo.

Sauce es el nombre que recibe un árbol perteneciente a la familia de las Salicáceas. Según se advierte al buscar información al respecto, hay varias especies dentro de este conjunto pero, por lo general, se trata de ejemplares que poseen troncos gruesos, que alcanzan una altura máxima de veinte metros y que suelen crecer a orillas de algún río.

El sauce blanco, el sauce laurifolio (valorado a nivel internacional como árbol de carácter ornamental), el sauce japonés, el sauce cabruno, el sauce colorado (o criollo), el sauce negro, el sauce ceniciento, el sauce salvifolio, el sauce dafnoide y el sauce llorón (también conocido como ‘de Babilonia’) son apenas algunas de las variedades que diversifican a esta clase de árbol distribuido a nivel mundial.

Ahora que ya hicimos referencia a estos árboles de madera dura y flexible, cabe resaltar que el concepto de sauce (palabra que deriva del vocablo latino salix) está presente en los campos de la Geografía (ya que existen múltiples localidades bautizadas con ese nombre, tal como sucede en la provincia argentina de Corrientes, en El Salvador y en Nicaragua, por citar algunos ejemplos) y de la Historia (a raíz de diferentes enfrentamientos bélicos que se conocieron con las denominaciones de “Batalla de Sauce”, “Batalla de Potrero Sauce” y “Batalla de Sauce Grande”). Asimismo, se puede indicar que existen dentro de la Literatura alusiones hacia los sauces y títulos como “Sauce ciego, mujer dormida” (versión en español de un libro de Haruki Murakami) y “El viento en los sauces” (cuento de Kenneth Grahame).

El resultado de sedimentar algo, es decir, de depositar o formar sedimentos, se conoce como sedimentación. Estos procesos, que por lo general ocurren a raíz de la gravedad, están presentes tanto en los procedimientos de potabilización de agua como también a la hora de depurar aguas residuales.

De acuerdo al origen, las características y los efectos que tengan los sedimentos en un cierto territorio se puede hablar de distintas clases de sedimentación. A partir del viento, por ejemplo, surge la sedimentación eólica, mientras que en las plataformas continentales se suele advertir un gran desarrollo de las sedimentaciones organógenas. En los bordes precontinentales y en las áreas de llanura abisal, por otra parte, existe una sedimentación de tipo pelágico (generada por la acumulación de restos de organismos planctónicos) y otra de carácter detrítico (constituida por materiales que, como consecuencia de deslizamientos y otros fenómenos, se acopian en una misma zona).

Más allá de identificar categorías como las mencionadas líneas arriba, es posible hacer referencia a las sedimentaciones benéficas (en casos en los cuales se logran resultados positivos) y a las sedimentaciones perjudiciales (cuando dañan dispositivos o perjudican el normal funcionamiento de algo).

A modo de complemento para ayudarlos a tener más precisiones acerca de las sedimentaciones que tienen lugar en distintos puntos del planeta, podemos añadir las variantes de las sedimentaciones carbonatadas, las sedimentaciones propias de los arrecifes, las sedimentaciones profundas que tienen lugar en áreas marinas, las sedimentaciones glaciares, las sedimentaciones fluviales, las sedimentaciones provocadas por torrentes y las sedimentaciones lacustres.

La idea de ‘sector’ no refiere a una única cuestión, razón por la cual resulta importante conocer siempre el contexto en el cual se apela a esta palabra de raíces latinas. De acuerdo a la teoría, este término puede hacer referencia a una porción o parte de un sitio, región o localidad (“Este sector está reservado para los familiares del artista”, “Hay vientos del sector sur”); a un grupo dentro de una colectividad, población o comunidad (“Parece que hay sectores que se oponen a la igualidad de derechos”); a la segmentación de las redes de energía y al conjunto de empresas de un mismo rubro (“Preocupa la realidad del sector inmobiliario”).

En el ámbito de la Geometría, además, se entiende por sector a cada fracción de círculo delimitada por un arco y los radios que atraviesas sus extremos. Quienes se especializan en esta materia suelen aludir, por citar dos casos en particular, al sector esférico y al sector hiperbólico.

Los expertos en Informática, por su parte, aprovechan la noción para desarrollar expresiones como “sector de arranque” y “sector de un disco”, mientras que los economistas acostumbran hablar de sectores económicos.

Más allá de todos los tipos de sectores mencionados líneas arriba, es posible mencionar también al sector primario (donde aparecen, a su vez, las subcategorías de sector minero, sector pesquero, sector agrícola y sector ganadero), al sector secundario (que abarca clasificaciones como las del sector industrial y sector energético) y al sector terciario (conjunto que nuclea, entre otros, al sector turístico, al sector educativo y al sector sanitario).

Mucho se ha hablado y aún se habla en los medios de comunicación de diversos rincones del mundo de las sectas, pero como estas agrupaciones no nacen siempre por los mismos motivos ni tienen en todos los casos un único interés, resulta interesante profundizar al respecto para aprender más sobre ellas y lograr así un uso apropiado de este concepto en función de qué se desee describir en cada ocasión.

En primer lugar, es importante recordar que, de acuerdo a la teoría, una secta está determinada por la unión de individuos que comparten creencias ideológicas o religiosas. Asimismo, el vocablo identifica al conjunto de seguidores de una doctrina puntual o devotos de un dogma que se consideran falsos por parte de quien los menciona como parte de una secta.

Al profundizar en los alcances de esta expresión, entonces, se advierte que hay distribuidas en el mundo sectas religiosas (conjunto donde se engloba a las sectas evangélicas, cristianas, adventistas, judías, etc.), sectas destructivas (categoría donde se pueden enmarcar, por ejemplo, a las sectas satánicas), sectas animistas (agrupaciones cuyos integrantes están convencidos de que todo objeto y elemento de la naturaleza posee alma y, por lo tanto, puede ser considerado una deidad) y sectas de gente que cree en la existencia de vida extraterrestre, entre otras.

Cabe resaltar que, en la mayoría de los casos, quienes integran una secta no utilizan ese término sino que se presentan como parte de un movimiento, corriente o ideología que busca abrir otras mentes o impulsar nuevas formas de entender ciertas realidades.

Aquellos que tienen fe y profesan una cierta religión señalan como santos a ciertos hombres y mujeres que, según su Iglesia, merecen ser reconocidos como tales por su elevado poder ético y moral y sus vínculos con alguna divinidad. En este marco, se puede hablar de santos laicos, santos bíblicos, santos patronos, santos cristianos y santos auxiliadores, por citar algunas referencias.

Asimismo, en la vida cotidiana se puede describir como santo (o su versión en femenino) a individuos de proceder correcto, buenos, amables y libres de toda culpa. Por ejemplo: “Mi marido es un santo: trabaja, cocina, me ayuda con los chicos…”, “Esa mujer es una santa, no sé por qué la acusan injustamente”.

La noción, tal como se deduce de la práctica, también es parte de expresiones como “santo de pajares” (dicho en relación a alguien cuya condición de santo despierta sospechas), “santo mocarro” (nombre de un juego basado en manchar la cara del participante que se ría), “santo sudario” (denominación que identifica al lienzo o manta que cubrió a Cristo cuando fue bajado de la Cruz), “santo varón” (frase que resalta las cualidades de un hombre bondadoso, sencillo y humilde), “santo de cara” (frase utilizada para hacer referencia a la buena suerte) y “santo de espaldas” (al contrario que la anterior, simboliza la mala fortuna o suerte negativa). Resulta interesante mencionar además que su versión en plural y en masculino (es decir, Santos), se utiliza para identificar a un municipio brasileño situado en el Estado de Sao Paulo.

Cuando se habla de trabajo remunerado, pronto entra en juego la idea de salario, una palabra que deriva del vocablo latino salarĭum. Este concepto, dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE), describe la remuneración media y hace foco en cuánto dinero recibe un empleado a cambio de su labor. Como no existe, por lo tanto, una única clase de salario, resulta interesante analizar sus alcances y descubrir detalles de las diferentes modalidades referentes al sueldo de cada trabajador.

Si uno se guía por el monto básico establecido por ley para retribuir el esfuerzo de cada empleado, entonces se debe hacer referencia al salario mínimo (identificado como ‘Salario Mínimo, Vital y Móvil’ por la Constitución Argentina): del mismo modo, aunque en relación al tope máximo en materia de ganancias se habla de salario máximo.

Los casos en los cuales se suspenden los pagos en el marco de un despido y finalmente son cobrados tras un fallo favorable, por otra parte, se conocen como salarios de tramitación; de ser un dinero que el Estado otorga a individuos desocupados a fin de cubrir sus necesidades básicas, en cambio, se lo presenta con el nombre de salario social.

Otras categorías que amplían el alcance de esta noción y contemplan situaciones que no abarcan las clasificaciones mencionadas en los párrafos anteriores: salario base (parte de la remuneración que se recibe sin contar eventuales comisiones, pagos extra por antigüedad, etc.), salario nominal, salario de eficiencia y salario real, por citar algunos más a modo de referencia.

Los expertos en Astronomía definen como satélite (palabra con origen en el vocablo latino satelles) a los cuerpos celestes opacos que orbitan alrededor de algún planeta primario y únicamente consiguen brillar por la luz del Sol. Quienes se especializan en cuestiones propias de la Mecánica, por su parte, consideran que un satélite es toda rueda dentada perteneciente a un engranaje que puede girar sin condicionamientos sobre un eje a fin de transferir el movimiento de otra pieza dentada. En la vida cotidiana, asimismo, se utiliza esta expresión de manera coloquial para describir al objeto o individuo que depende de otro ser o cosa y que permanece bajo su influencia.

De buscar mayores precisiones sobre esta noción, surgen numerosas clasificaciones que demuestran el amplio alcance de esta palabra. Es posible, por citar un caso puntual, centrar la atención en las características de los satélites naturales (que, a su vez, pueden subdividirse en las categorías de satélites asteroidales y satélites irregulares, así como en los grupos de satélites pastores, coorbitales y troyanos) o bien hacer foco en las alternativas que diversifican al conjunto de los satélites artificiales, entre los cuales aparecen los satélites meteorológicos, los satélites de comunicaciones (para posibilitar las telecomunicaciones), los satélites astronómicos (reservados para observar y analizar galaxias y planetas), los satélites de navegación y los satélites espías (sirven para registrar movimientos de seres humanos), entre muchos otros.

Lejos de estas aplicaciones, en el campo de la Demografía se apela a este vocablo para generar la idea de ‘ciudad satélite’, una expresión que describe a una localidad que se encuentra en la periferia de una urbe y depende de ésta.