Para oxigenar la sangre, mantener el buen funcionamiento de los órganos y conservar la vida, todo ser vivo tiene que absorber pequeñas porciones de aire, es decir, respirar. El acto y la consecuencia de llevar a cabo esta acción, como sabrán, se conoce como respiración.

Se trata de un término derivado del vocablo respiratĭo que admite numerosas clasificaciones para poder adaptarse a todas las modalidades que existen a la hora de inhalar y exhalar de manera constante o bien de introducir oxígeno de alguna manera.

Si bien los seres humanos nos valemos de los pulmones para llevar a cabo este proceso, no todos los organismos respiran igual que nosotros. Algunos equinodermos, los anélidos y los anfibios (en estos dos últimos grupos, se observa más de un procedimiento respiratorio ya que también tienen respiración branquial), por ejemplo, realizan los intercambios gaseosos por medio de la epidermis, un mecanismo que se conoce con el nombre de respiración cutánea.

Las plantas, por su parte, tienen respiración vegetal, mientras que los onicóforos y artrópodos que habitan en la superficie terrestre poseen respiración traqueal.

Los expertos en Biología, además, contemplan la idea de respiración celular para describir el método por el cual las células logran reducir el oxígeno y producir tanto agua como energía.

Otras expresiones relacionadas: respiración artificial (sistema al que se somete desde la medicina a un individuo que no logra respirar por sus propios medios); respiración circular (tal como se conoce a una técnica empleada al ejecutar instrumentos musicales de viento); respiración holotrópica (denominación que identifica a una técnica de carácter psicoterapéutico).

Cuando la superficie de algo no es plana sino que posee detalles que dan profundidad y realzan ciertos sectores, se habla de relieves. A partir de esta idea general, es posible hallar múltiples tipos de relieves en diferentes ámbitos y disciplinas.

De ser detectados en un entorno natural, se habla de relieves terrestres. Al analizar las formas y accidentes geográficos de nuestro suelo, es posible identificar a los relieves oceánicos, a los relieves costeros, a los relieves volcánicos y a los relieves montañosos, por citar algunos.

En el mundo del arte, en cambio, se habla de relieve cuando se busca hacer foco en una técnica muy empleada para hacer esculturas y otros trabajos donde se modelen y/o se tallen formas que no sean planas. En este contexto existen los relieves altos (los más marcados, ya que las figuras sobresalen del plano de manera significativa); los relieves medios (no tan evidentes como los altos pero con desniveles fáciles de advertir a simple vista) y los relieves bajos (efectos escultóricos poco perceptibles a primera vista).

Cabe resaltar que los paisajes, en función de las características que presenten, pueden ser encuadrados también en las categorías de relieves graníticos (aquellos que surgen como consecuencia de un proceso de erosión sobre rocas plutónicas), relieves tabulares (formados a partir de rocas de carácter sedimentario que no han estado expuestas a influencias orogénicas), relieves jurásicos (localizados en áreas sedimentarias) y relieves litológicos (los cuales, a su vez, se subdividen en relieves de formas originales y relieves de formas mixtas).

Con origen en el vocablo en latín residŭum, la palabra residuo describe al fragmento o parte que se desprende de un todo, aunque su uso más común y cotidiano guarda relación con los desechos (también denominados basura). En el plano matemático, por otra parte, se suele mencionar como residuo al resto que queda de una sustracción de resultado inexacto.

Si volvemos a centrar la información en el residuo entendido como basura, desperdicio o sobras inservibles, podremos reconocer varios tipos de residuos en función de múltiples parámetros.

De tener en cuenta sus componentes, por citar una posibilidad, se puede distinguir entre residuos orgánicos (tal como se define a aquellos que surgen de elementos que, en algún momento, fueron parte de algún ser vivo o permitieron la nutrición de algún organismo, como las cáscaras, las semillas, etc.); residuos inorgánicos (conjunto de desperdicios derivados de procesos industriales o fabricaciones artificiales, como ocurre con los plásticos y los metales); residuos peligrosos (grupo integrado por elementos que podrían llegar a representar un riesgo para la población, como los productos radiactivos, los ácidos y las sustancias corrosivas) y mezclas de residuos (combinación de materiales inorgánicos y orgánicos).

De evaluar su procedencia, en cambio, se discriminará entre residuos hospitalarios (también conocidos como residuos de carácter patogénico), residuos industriales, residuos domiciliarios, residuos urbanos, residuos comerciales, residuos tecnológicos y residuos espaciales.

Además de estas clasificaciones, a la basura se la puede presentar, según corresponda, como residuos sólidos, residuos gaseosos, residuos contaminantes, residuos biodegradables, residuos reciclables o como residuos secos.

Cuando alguien se repone de una enfermedad o una pieza se reemplaza por una idéntica, se emplea en ambos casos la palabra “repuesto”. En la práctica, surgirían expresiones como “Luis se ha repuesto completamente de la neumonía que lo aquejó durante el último tiempo” y “Conseguí el repuesto para esta máquina”.

Para ayudarlos a conocer mejor los alcances de este concepto, hoy repasaremos sus definiciones y mencionaremos los distintos tipos de repuestos existentes. A continuación, pues, algunas acepciones reconocidas por la Real Academia Española (RAE) e incluidas en su diccionario.

Según se cuenta, repuesto puede funcionar como adjetivo y describir en ese marco a algo que está escondido, alejado o en segundo plano. Asimismo, puede hacer alusión al conjunto de alimentos y otros productos que se acumulan para cuando se necesite aprovecharlos. De igual modo, esta noción hace referencia a una sustitución y a la reserva de cartas que, en los juegos de naipes, se disputan los jugadores.

De acuerdo a qué clase de objeto, elemento o dispositivo requiera el reemplazo de uno de sus componentes, se puede diferenciar entre repuestos de automóviles, repuestos de heladeras, repuestos para teléfonos celulares (móviles), repuestos de televisores, repuestos para computadoras (ordenadores) y repuestos de acondicionadores de aire, por citar algunas posibilidades. Cabe resaltar al respecto que, si bien pueden existir repuestos para ciertos electrodomésticos o productos en general, no siempre se los consigue en todo el mundo: depende de las importaciones o la disponibilidad de stock en los países que fabrican esa clase de piezas.

El concepto de reseña, por lo general, refiere a un texto. Según indica el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el vocablo hace referencia tanto a una narración breve, así como también sirve para describir a la anotación que da cuenta de las particularidades o rasgos identificatorios de alguien o algo y a la señal que informa o permite dar a entender una determinada situación.

De tener en cuenta el contenido y el estilo de estas presentaciones de extensión corta, se pueden clasificar las reseñas en distintas categorías, entre las cuales aparecen las reseñas literarias, las reseñas históricas, las reseñas artísticas, las reseñas geográficas, las reseñas biográficas, las reseñas policiales y las reseñas deportivas, por citar algunas.

Las reseñas pueden aparecer tanto en sitios de Internet como en distintos tipos de revistas y, como se desprende de la realidad, hacer foco en múltiples temáticas para informar y captar la atención de diversas clases de lectores.

Cuando se confeccionan y publican reseñas de libros, por ejemplo, se busca atraer a los amantes de la lectura. Para facilitar el acceso a la información y ofrecer datos precisos, es frecuente que se organicen esas reseñas de acuerdo al género o público al que está dirigida la obra literaria. Así, por lo tanto, se puede hablar de reseñas de libros infantiles; reseñas de libros juveniles; reseñas de libros de aventuras; reseñas de novelas; reseñas de cuentos; reseñas de libros de suspenso; reseñas de libros de poesía y reseñas de libros de terror, por citar sólo algunas de las posibilidades.

Según en qué contexto y país se mencione el concepto de remera, esta palabra puede tener un significado u otro. Si se consulta al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se podrá advertir que este vocablo refiere a la mujer que rema así como también describe a las plumas de dimensiones considerables localizadas en las alas de diversas familias de aves.

Sin embargo, en la vida cotidiana de personas de ciertos países (como Argentina y Uruguay), este término se emplea como sinónimo de camiseta. Por lo tanto, en función del diseño de cada prenda se puede hablar de distintos tipos de remeras.

A fin de satisfacer las expectativas de toda clase de consumidor y adaptarse a sus necesidades en materia de indumentaria, la oferta incluye desde remeras lisas hasta remeras estampadas, abarcando desde la opción de las remeras infantiles y juveniles hasta las remeras de adulto.

Hay, asimismo, remeras de manga corta; remeras de manga ¾; remeras de manga larga; remera sin mangas (conocidas comúnmente como musculosas); remeras para mujer; remeras para hombre; remeras de cuello redondeado; remeras escote en V; remeras sublimadas; remeras térmicas y remeras hechas a mano, entre otras variedades.

De buscar propuestas en base a otros criterios, entonces pueden adquirir relevancia las remeras inspiradas en una temática particular, como sucede con las prendas que hacen alusión a un deporte (como las camisetas de fútbol, por ejemplo), a un estilo musical (como las remeras que llevan estampada la imagen de una banda de rock o un cantante de cualquier otro género, por citar dos casos posibles), a un personaje popular (como las remeras de Los Simpsons, de Mickey, de Ben 10, etc.) o a un animal (hay remeras decoradas con las imágenes de delfines, osos, perros, gatos, tigres y otras especies), por dar otras referencias que ayudan a apreciar la diversidad disponible en relación a las remeras.

Compartir un campo es la condición para que un par de tablas puedan ser relacionadas entre sí, dicen los expertos en Informática y aquellos que dominan el uso de las bases de datos.

Al trabajar con esta clase de recursos y manejar datos volcados en programas como Microsoft Access, se suele hacer necesario el entrecruzamiento de información para, por ejemplo, poder realizar informes y diseñar formularios basados en la recopilación de esos registros. Por esa razón, en esta oportunidad hemos querido asesorarlos respecto a qué clases de relaciones pueden establecerse entre dos tablas para que, sin necesidad de investigar demasiado o especializarse en esta actividad, sepan cómo pueden vincularse dos elementos de las bases de datos.

En primer lugar, hay que decir que es posible asociar el campo de una tabla con múltiples campos de una segunda tabla. Este vínculo se suele definir como una relación de uno a varios porque de una misma referencia inicial pueden corresponderle más de dos datos ingresados en la otra tabla.

Claro que también puede ocurrir que haya relaciones de varios a varios ya que, por ejemplo, el dueño de un restaurante puede armar una base de datos con las tablas de Menúes y de Pedidos y comprobar que un mismo plato es solicitado por numerosos comensales además de advertir que los pedidos pueden contemplar diferentes opciones de la carta. Asimismo, existe la alternativa de asociar las tablas a partir de una relación de uno a uno, donde sólo se repita un único registro entre dos tablas.

Cuando alguien consigue empleo, comienza entre esa persona y quienes la contratan un vínculo que, una vez iniciada la actividad, se expande y engloba también a los compañeros de trabajo. Por el entorno donde surge y se desarrolla el lazo, este contacto puede describirse como una relación de tipo laboral.

Si a estos vínculos se los analiza teniendo en cuenta su duración, entonces se puede discriminar entre relaciones laborales de tiempo determinado y relaciones laborales por tiempo indeterminado. Este detalle surge de la clase de contrato firmado entre empleado y empleador, ya que hay algunos donde se deja constancia de su vigencia y otros en los cuales no se marca un periodo específico de finalización.

De hacer foco en la naturaleza de quien contrata, en cambio, se podrá advertir la existencia de relaciones laborales de carácter empresarial y otras en las cuales el empleador se define como ‘no empresarial’.

Asimismo, se puede hablar de relaciones laborales individuales y de relaciones laborales colectivas. Las primeras nuclean a los trabajadores que, de manera directa, firman un contrato con un empleador específico, mientras que las colectivas hacen referencia al vínculo que un sindicato (o muchos de ellos) establecen con una asociación patronal o corporación.

Por último, no se puede dejar de mencionar la existencia de relaciones laborales dentro de un mismo espacio (entabladas entre empleados y empleadores que desempeñan sus tareas en un mismo sector, oficina, planta o empresa) y de vínculos laborales más esporádicos entre empleados y empleadores como consecuencia del sistema de teletrabajo o home office.

Cuando uno observa con detenimiento un ecosistema y hace foco en los vínculos que se establecen entre quienes comparten un mismo hábitat y las interacciones existentes entre animales (ya sean de la misma especie o de otras) adquieren relevancia las nociones de relaciones interespecíficas y de relaciones intraespecíficas.

Como en Tipos.com.mx ya hemos hecho referencia a las primeras, en esta oportunidad la información girará en torno a las particularidades de las llamadas relaciones intraespecíficas.

Según explican los especialistas en Biología, son vínculos de carácter intraespecífico los que establecen entre sí miembros de una misma especie dentro de una población. Como ejemplo de esta clase de relación se puede describir el caso de las colmenas, donde diversas abejas participan de un mismo fin pero adoptando tareas distintas y colaborando entre sí.

Estas relaciones, de acuerdo a cómo surjan y a cómo se desarrollen, se pueden segmentar en múltiples categorías, algunas de las cuales mencionaremos a continuación.

Una relación intraespecífica muy fácil de reconocer, por citar una situación concreta, es la familiar, donde dos ejemplares se vinculan para reproducirse primero y para cuidar a las crías después. La relación gregaria, en cambio, se produce cuando diversos integrantes de una misma especie interactúan con fines de desplazarse y transportarse.

Las relaciones intraespecíficas sociales, por su parte, aparecen cuando un clan se distribuye en castas para trabajar en distintos niveles en vistas a mejorar la calidad de sus vidas y lograr sobrevivir. Las colonias, tanto las homomorfas como las heteromorfas, constituyen otro ejemplo de relación intraespecífica.

Tiempo atrás, en Tipos.com.mx hicimos referencia a los recursos naturales y contamos que, dentro de esa categoría, pueden reconocerse algunos recursos renovables y otros que, al no poder ser creados a partir de cultivos o no aparecen de manera natural con la misma velocidad con la cual son utilizados, se consideran no renovables.

Ahora, a fin de profundizar en esta temática y ayudarlos a ampliar sus conocimientos generales, haremos foco en las subcategorías contempladas dentro de los conjuntos de recursos renovables y no renovables.

Como parte de los recursos renovables que el ser humano tiene a disposición aparecen los recursos bióticos y todos los elementos que poseen ciclos de reproducción superiores a los procesos de aprovechamiento o extracción y que, por lo tanto, se regeneran antes de que el recurso en cuestión se agote. La luz proveniente del sol, el viento y la madera son algunos de los recursos que, hoy en día, pueden ser considerados como renovables.

Distinto es el caso del carbón, el gas natural y los metales, que se definen como recursos no renovables porque no alcanzan un nivel sostenible de productividad por dos razones: o se presentan en cantidades limitadas o son aprovechados por el hombre con mayor rapidez al tiempo que necesita la naturaleza para regenerarlos. Por las características que poseen, a esta clase de elementos se los menciona también como recursos en agotamiento progresivo.

Por otra parte, existen en el suelo elementos bio-inorgánicos que, por las particularidades que presentan, constituyen un grupo ajeno a los de los recursos renovables y no renovables ya que son identificados como semirenovables.