En el ámbito informático suele utilizarse con frecuencia el concepto de base de datos, una herramienta que está entendida como el conjunto organizado de referencias que le permite al usuario acceder a la información de forma rápida y sencilla.

Las bases de datos se aplican de diversas maneras, poseen múltiples propósitos y reúnen características diferentes entre sí, razón por la cual se han desarrollado numerosas categorías para intentar describir a cada una de ellas con precisión.

Existen, por ejemplo, las bases de datos estáticas (de sólo lectura, para almacenar datos que impulsen conclusiones, estudios y análisis) y las dinámicas (preparadas para recibir modificaciones a lo largo del tiempo), así como también las bases de datos bibliográficas (identificables por sus registros concretos y escuetos, y aplicables a documentos como fichas de libros o colecciones de resultados médicos ingresados en un consultorio o laboratorio) y las denominadas bases de texto completo (aquellas que almacenan las fuentes primarias, tal como puede suceder cuando se ingresan los contenidos completos de toda una saga literaria).

Otra clasificación válida es la que reconoce la existencia de las bases de datos de información química o biológica (las cuales reúnen múltiples referencias sobre cuestiones químicas, médicas o biológicas y pueden segmentarse en varios subtipos en función de sus propiedades), mientras que al analizar el concepto con mayor profundidad pueden aparecer definiciones como las de bases de datos jerárquicas; bases de datos de red; bases de datos transaccionales; relacionales; multidimensionales; orientadas a objetos; bases de datos documentales; deductivas; probabilística; bases de datos de la gestión de configuración y temporal, entre muchas otras.