Una pluma es, entre otras cosas, una estructura queratinosa que cubre el cuerpo de las aves. Estas suelen ser tubos o cañones que están insertos en la piel y poseen un astil protegido de barbillas.
Asimismo, se considera pluma al instrumento de metal, de apariencia similar a las plumas naturales de aves, que se coloca en un mango de madera u otro material y sirve para escribir. En ciertos países, además, se admite a este término como sinónimo de grifo.
Como se advierte al leer los párrafos anteriores, existen muchas clases de plumas. Una vez que se las reconoce como parte de un marco determinado, se suele profundizar su identificación con subcategorías, algunas de las cuales citaremos a continuación.
Según los expertos en cuestiones lingüísticas pero también en clasificación de plumas pertenecientes a distintos ámbitos, hay plumas atómicas (entendidas como bolígrafos), plumas de agua (unidad de medida que sirve para aforar las aguas), plumas en sangre (la de aquellas aves que no tienen el cañón seco), plumas estilográficas (para escribir), plumas vivas (las que se quitan de las aves mientras están vivas y sirven como relleno de colchones y almohadas), entre otras.
Más allá de las mencionadas, resulta interesante saber que es posible hallar en las aves plumas de diferente estructura, función y posición. Así, pues, se pueden distinguir las plumas de vuelo (las cuales se subdividen en plumas téctrices, plumas timoneras y plumas remeras), las plumas genéricas de contorno, las filoplumas, las plumas polvorientas, las cerdas y las cobertoras auriculares.