El concepto de aire está vinculado a una mezcla gaseosa que permanece alrededor de la Tierra por acción de la fuerza de gravedad y está compuesta por sustancias como oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono.

En función de su origen y sus propiedades, este término que, en ocasiones, también se utiliza para definir la apariencia, aspecto o estilo de un objeto o individuo puede ser clasificado de diversas maneras. Así, pues, se entiende como aire acondicionado al equipo que realiza un tratamiento artificial del aire de un espacio cerrado para regular su temperatura, humedad y presión, así como se define como aire colado al viento frío que se filtra por alguna abertura y enfría el ambiente.

Por su parte, el aire comprimido es aquel fluido cuyo volumen ha sido reducido por medio de un compresor para aumentar su presión y generar que, al expandirse, ofrezca una energía capaz de ser aprovechada por distintos sectores industriales. Asimismo, el aire ocluso es aquel que, en forma de burbujas, está contenido en el interior de una masa sólida, tal como ocurre en el hormigón. En regiones como Cuba, el vocablo da origen a frases como aire de agua, una expresión que hace referencia a la brisa que anticipa la llegada de precipitaciones.

Cabe destacar que, en el campo de la Física, además, se aplica la noción de aire líquido para nombrar a la sustancia que resulta de someter al aire a una presión elevada y dejarlo enfriar a través de su propia expansión hasta alcanzar una temperatura inferior al punto de ebullición de sus principales componentes.