Dentro del vocabulario propio de los expertos en Química aparece el concepto de sulfuro. Esta palabra, según informa la Real Academia Española (RAE) por medio de su diccionario, tiene su origen en el vocablo en latín sulphur, que significa azufre.
De acuerdo a la definición teórica, se apela al término ‘sulfuro’ para hacer alusión a la sal del ácido sulfhídrico, la cual se genera a partir de bases fuertes.
Si bien para comprender por completo la composición, particularidades y aplicaciones de un sulfuro se necesitan conocimientos avanzados a nivel científico, es posible asimilar datos sobre estos compuestos sin necesidad de complejizar el tema. Por esa razón, hoy hemos querido hacer referencia a esta cuestión y describir en Tipos.com.mx las diversas clases de sulfuros que se pueden reconocer.
Al generar una reacción que involucre al azufre y al hierro, por puntualizar una posibilidad, se puede obtener sulfuro de hierro, frente al cual hay que extremar los cuidados debido a su carácter pirofórico. Es decir, puede llegar a inflamarse en el aire de manera espontánea.
La unión de un átomo de cinc y otro de azufre, en cambio, da origen a una sal conocida como sulfuro de cinc. Por lo general, a raíz de su capacidad de brillar en la oscuridad al recibir un estímulo luminoso, el sulfuro de cinc posee aplicaciones ornamentales (para hacer brillar las agujas de un reloj, por ejemplo) y se suele aprovechar para carteles de señalización.
El sulfuro de carbono, por su parte, se logra cuando reaccionan de manera directa el vapor de azufre y carbono. De acuerdo a los expertos, es un líquido muy inflamable, incoloro y que posee un olor muy particular.