Entre todos los instrumentos que se utilizan a escala global para generar música aparecen los teclados. Se trata de estructuras a base de teclas con los cuales se producen sonidos que, combinados con los que surgen a partir de otros instrumentos, componen melodías.

Dentro de este conjunto de herramientas artísticas es posible distinguir una amplia gama de posibilidades, razón por la cual resulta interesante hacer foco en este rubro a fin de aprender cuántas clases de teclados y con qué características tiene a disposición un músico a la hora de crear e interpretar una canción.

Antes de detallar las particularidades de los teclados musicales, es enriquecedor mencionar que la cantidad de teclas en estos elementos ha ido en aumento con el correr de los años. Durante el siglo XVIII, por ejemplo, se utilizaban clavecines con algo más de 60 teclas, mientras que los instrumentos más modernos suelen superar las 90 teclas. Además, hay que tener en cuenta que la cantidad de teclas blancas y negras varía de acuerdo al fabricante y al modelo de cada teclado.

Los teclados electrónicos, por ejemplo, ofrecen la opción de reproducir numerosos sonidos que, en ocasiones, imitan o resultan similares a los que generan otros instrumentos de música.

Los teclados isomórficos, por su parte, son dispositivos compuestos por una serie de teclas en dos dimensiones que reproduce sobre el teclado todas las secuencias o combinaciones de intervalos musicales.

A la hora de buscar más opciones que diversifiquen al rubro también adquiere relevancia el teclado Jankó (llamado así en honor a su inventor, el pianista húngaro Paul von Jankó), por citar otra alternativa.