El resultado de aportar algo a alguien, tributar, cooperar, colaborar o de pagar se conoce como aporte. Como esta palabra ofrece numerosas posibilidades de uso, resulta importante prestar atención al contexto para saber qué sentido tiene este término en cada ocasión.
Tal vez al leer la información que publicaremos a continuación se sorprendan por todas las categorías que se desprenden de la noción general. Algunas son más conocidas que otras por tener un uso más cotidiano; el resto, sirve para tener en cuenta la diversidad de aportes que se puede encontrar.
Los trabajadores (o sus patrones), por ejemplo, tienen la obligación de hacer aportes jubilatorios para, el día de mañana, poder tramitar su propia jubilación y percibir haberes cuando ya están retirados de la actividad laboral.
A la hora de cuidar nuestra alimentación para nutrirnos de manera sana sin que ello represente un aumento significativo de peso, por otra parte, debemos considerar el aporte nutricional de cada producto que incluimos en la dieta.
A nivel social, pueden detectarse casos de aportes culturales de una civilización antigua, así como también es posible valorar los aportes deportivos de ciertas personalidades y los aportes literarios que pudo haber hecho a lo largo de su trayectoria un escritor.
Los expertos en cuestiones geográficas, asimismo, distinguen entre aportes glaciares, aportes eólicos y aportes fluviales cuando hacen foco en el acto y consecuencia de que se depositen materiales por arrastre en distintos sitios.
Más allá de los mencionados líneas arriba, existen los aportes no reembolsables, los aportes no capitalizados, los aportes educativos, los aportes voluntarios, etc.