Alguien que tiene poder por sobre otros y tiene un cargo o rol que le da la facultad para dar órdenes a sus subordinados, está definido como autoridad. Por ejemplo, las autoridades de una institución académica son los directivos de dicho centro educativo, así como la autoridad en un hogar convencional está reservada a los padres de la familia, ya que son ellos los que poseen la responsabilidad de tomar decisiones, educar, etc.
Según como se llegue a ser una autoridad, cómo, dónde y bajo qué particularidades uno se desempeñe como tal, se podrá enmarcar cada perfil en una categoría específica, algunas de las cuales citaremos a continuación.
Cuando hay un respaldo legal y surge por cuestiones burocráticas obligatorias, por ejemplo, se hace alusión a la autoridad jurídica. Este cargo formal puede ser, de acuerdo a cómo surja y el modo en el cual se desarrolle, funcional o lineal. Las autoridades que nacen por convicción, en cambio, pueden ser de carácter personal o con perfil técnico.
La autoridad operativa, por otra parte, aparece cuando hay facultades que habilitan a decidir sobre hechos en determinadas circunstancias y no para dar órdenes a individuos.
De hacer foco en las atribuciones de los gobernantes, en cambio, podremos reconocer autoridades unitarias, autoridades nacionales, autoridades municipales y autoridades provinciales, según sea el alcance de sus órdenes y mandatos.
Otras clases de autoridades que pueden reconocerse en distintos ámbitos a nivel internacional: autoridades seculares, autoridades aeroportuarias, autoridades policiales, autoridades de certificación, autoridades bancarias, autoridades eclesiásticas, autoridades educativas, etc.