Todas las armas exigen un alto grado de responsabilidad en su utilización y manipulación pero, lamentablemente, en la vida cotidiana cada vez son más las situaciones violentas en las cuales se hace uso de algún tipo de elemento dañino que termina con heridos y/o muertos.
Pese a que ciertos productos deberían reservarse sólo para uso profesional y no estar al alcance de cualquier individuo, hoy en día es común enterarse que alguien tiene un arma de fuego en su poder. No importa que sea por motivos de seguridad (para protegerse ante eventuales ataques de malvivientes) o por un interés personal de coleccionar estos elementos: un arma de fuego siempre representa un peligro ya que, por ejemplo, de estar cargada y ser manipulada por una persona sin experiencia puede escaparse algún disparo.
Entre las armas de fuego más comunes aparece el revólver, un elemento de corto alcance en el cual las balas se ubicar en un tambor. Si bien con este nombre también se conocen algunas películas, un álbum discográfico de The Beatles, un personaje de ficción que aparece en un videojuego (apodado Revolver Ocelot) y a un dispositivo mecánico que permite ubicar múltiples piezas para cambiarlas de posición con sólo realizar un giro, en esta ocasión repasaremos a grandes rasgos cómo se clasifica el revólver entendido como arma de fuego.
En este sentido, es posible hablar no sólo de marcas y modelos, sino fundamentalmente de revólver de acción simple (sistema de los revólveres más antiguos, aunque en la actualidad es posible hallar modelos de ellos) y de acción doble (se amartilla primero y se libera luego el sistema percutor), de revólveres automáticos y de semiautomáticos, entre otros.