Todo mecanismo, medida o disposición que regulariza, modera y organiza el accionar o el movimiento de algo o alguien se describe como regulador. En el plano musical, se advierte al instruirse sobre la aplicación que esta idea tiene en dicha área, el concepto identifica a un signo utilizado para marcar el incremento o la disminución gradual de la intensidad sonora.

De expandir la visión y analizar todos los aprovechamientos y alcances de este término, entonces se podrán conocer las características de los diversos reguladores que existen a escala general.

En los equipos de buceo, en los sistemas de riego y en los contenedores de gases combustibles, por citar casos puntuales a modo de referencia, es posible divisar una válvula conocida como reductor de presión que, como su nombre lo indica, brinda la posibilidad de minimizar la presión de una sustancia o fluido a un valor constante.

Los vehículos con motor como las motos y los coches particulares, por su parte, tienen reguladores de velocidad, así como las computadoras y otros equipos similares poseen en sus respectivas fuentes de alimentación un dispositivo conocido como regulador electrónico de tensión.

Además de los mencionados líneas arriba, se pueden reconocer hoy en día reguladores autoinmunes, reguladores centrífugos (sensores que componen una estructura mecánica de retroalimentación), reguladores de acidez, reguladores de respuesta (propios de bacterias y considerados como un sistema biológico de señalización donde una proteína se activa frente a un estímulo), entes reguladores (de agua y gas), reguladores térmicos, reguladores integrados y reguladores lineales, entre otros.

Cuando algo o alguien es sustituido o reemplazado, se habla de reemplazo. Estas suplencias, como sabrán muchos de ustedes, pueden llevarse a cabo en múltiples ámbitos, necesitarse por diferentes factores y desarrollarse bajo diversas modalidades (Por ejemplo: “Estoy haciendo un reemplazo, la semana próxima regreso a mi labor habitual”, “Llamó a la agencia para buscar un reemplazo de último momento”, “Están buscando un reemplazo para el director actual”, “Entra Godoy en reemplazo del jugador lesionado”).

En el plano militar, por ejemplo, se habla de reemplazos cuando se renuevan de manera parcial los integrantes del Ejército o al entrar en servicio un soldado en lugar de otro compañero.

En un contexto médico, en cambio, se puede hacer referencia al reemplazo total de cadera, al reemplazo de la válvula aórtica, a la terapia de reemplazo hormonal (diseñada para la etapa de la menopausia) y a las terapias de reemplazo renal, entre otras posibilidades.

En los deportes, asimismo, se suele mencionar la idea de reemplazos cuando un entrenador debe cubrir con un jugador suplente el puesto vacante dejado por otro deportista a raíz de una lesión u otro problema que le impide jugar como titular.

De ampliar la visión y extender el uso de esta noción, se encontrarán numerosas posibilidades de reemplazos, ya sea a nivel nutricional (al reemplazar unos alimentos por otros por razones de salud) o tecnológico (al reemplazar, por ejemplo, elementos electrónicos por otras piezas similares) como así también a nivel laboral (para poder, por un tiempo determinado, cubrir con un empleado la licencia o ausencia de otro y evitar así complicaciones).

El concepto de reino (palabra derivada del vocablo latino regnum) tiene atribuidos diversos significados que varían según el ámbito desde el cual sea abordada esta noción.

Se lo puede concebir, por ejemplo, como el Estado o las tierras lideradas por un rey o monarca (entendido como parte de la estructura conocida como monarquía), así como también es posible aprovecharlo en el campo de la Biología para agrupar a elementos o seres emparentados por ciertos caracteres o rasgos en común.

De buscar aplicaciones concretas de esta idea, por lo tanto, podremos hallar como referencias al reino de Dios y al reino de los cielos (expresiones propias de la religión que admiten el poder y la presencia de un Ser Supremo), además de hacer foco en el reino animal (conjunto integrado por monos, tigres, peces, osos, gatos, tortugas, rinocerontes, perros y vacas, entre otras especies), el reino vegetal (conformado por numerosas variedades de plantas) y el reino mineral (grupo integrado por azufre, diamante y rubí, entre otros elementos).

Otros ejemplos que diversifican la noción y amplían su alcance: Reino Unido, Reino de Aragón, Reino de Macedonia, reinos vikingos, Reinos Combatientes (tal como se conoció al periodo comprendido entre el siglo V a.C. y el 221 a.C. que constituye la segunda porción de la dinastía Zhou Oriental), reino protista, reinos helenísticos, Reino de Marruecos, Reino de Suecia, Reino de los francos y Reinos Olvidados (nombre que identifica a un escenario de ficción del juego popularizado como Dungeons & Dragons), por citar algunos a modo de referencia.

Todo producto que tiene la capacidad de refrigerar (es decir, de enfriar algo), se conoce como refrigerante.

Entendido desde el campo de la Química, un refrigerante es un compuesto (que puede presentarse en versión líquida o gaseosa) fácil de licuar que se aprovecha dentro de un dispositivo o maquinaria térmica para bajar la temperatura. Esta clase de elementos está presente, por ejemplo, en los equipos de aire acondicionado y en las heladeras.

De tenerse en cuenta su constitución química, es posible reconocer diversos tipos de refrigerantes, divididos a su vez en la categoría de inorgánicos y en la de orgánicos. Asimismo, si se analiza el grado de seguridad que ofrecen, se los puede nuclear en tres grupos: uno donde aparecen los productos que no resultan tóxicos ni combustibles, otro donde aparezcan los refrigerantes con concentraciones superiores a 3,5% de volumen combinados con aire y el tercero compuesto por refrigerantes que posean un volumen concentrado inferior o igual a 3,5%.

Además de los citados líneas arriba, resulta interesante mencionar la existencia de refrigerantes de presión baja, media, alta y muy alta, así como tampoco se puede dejar de recordar a los refrigerantes primarios (aquellos que transmiten calor latente) y a los refrigerantes secundarios (productos que generan, en la mayoría de las ocasiones, un calor sensible).

Por último, se puede incluir en el listado de refrigerantes a tener en cuenta al “dedo frío”, tal como se conoce a una de las pequeñas piezas que suele estar presente en un laboratorio para, por ejemplo, destinarse a los equipos de sublimación.

El proceso por el cual un objeto o individuo vuelve a gozar de un antiguo estado o recupera ciertas facultades se conoce con el nombre de rehabilitación.

Según se advierte al repasar las aplicaciones y alcances de este vocablo, la noción está presente tanto en el ámbito de la Medicina como en el campo del Derecho.

Un profesional de la salud, por ejemplo, entiende por rehabilitación a los pasos que sigue un paciente para volver a tener una función que ha perdido, para recuperar su plenitud o recobrar fuerza muscular. Por su parte, los expertos en Derecho hablan de rehabilitación para hacer referencia al método por el cual una persona recupera la posesión de aquello que le habían quitado.

De acuerdo a las técnicas aplicadas en el proceso de rehabilitación, qué clase de recuperación se requiera y qué cuestiones o áreas están involucradas, se encuadra el concepto en diferentes categorías.

Si los esfuerzos se encaminan a la restitución de funciones cognitivas a partir de la estimulación del sistema nervioso central, por citar un caso posible, se trata de una rehabilitación neuropsicológica, así como los tratamientos dirigidos a solucionar cardiopatías se describen como rehabilitaciones cardíacas.

Asimismo, existen en otros contextos posibilidades de rehabilitaciones por consumo de estupefacientes o alcohol; rehabilitación de animales (basado en cuidados y atenciones de ejemplares silvestres para, una vez recuperados, ser devueltos a su hábitat original); rehabilitaciones laborales; rehabilitaciones legales; rehabilitaciones políticas; rehabilitaciones de centros históricos; rehabilitaciones viales; rehabilitaciones de barrios y rehabilitaciones de viviendas, entre muchas otras clases.

Cuando algo permite reducir una determinada cosa o posee un efecto que logra minimizar una condición, se lo describe como reductor.

Los agentes reductores, por ejemplo, son aquellos que ceden electrones a un cierto agente oxidante (tal como se conoce a los compuestos químicos involucrados en reacciones de reducción-oxidación), mientras que las cajas reductoras son mecanismos desarrollados con engranajes con el objetivo de conservar una velocidad en un parámetro próximo al ideal.

De profundizar en este concepto y hacer foco en sus aplicaciones y alcances, uno podrá conocer las particularidades no sólo de las nociones detalladas líneas arriba sino también de los reductores de velocidad (presentes en vehículos y maquinarias que funcionan a motor, y sujetos a una clasificación específica que permite distinguir entre sí a los reductores de Sin fin-Corona; a los reductores cicloidales; a los reductores planetarios; a los reductores coaxiales; a los reductores ortogonales y a los reductores paralelos, entre otros), de los reductores de imágenes (empleados para hacer más chico el tamaño de una fotografía, por ejemplo), de las cremas reductoras (tal como se conoce a los productos para el cuerpo que se promocionan en el mercado como alternativas a tener en cuenta si se desea reafirmar la piel, eliminar grasa localizada y disminuir algún talle), de los reductores de archivos (para comprimir programas y hacer menos pesados a los archivos) y de los reductores de presión de agua (dispositivos que brindan la posibilidad de regular la presión con la que sale el agua), entre otros elementos que diversifican la idea.

Los cuentos o textos no tan extensos donde se narra una situación, se definen como relatos. Esta palabra, con origen en el vocablo latino relātus, describe a la presentación detallada de un determinado episodio o suceso.

Estas estructuras que pueden ser desarrolladas por escrito o formularse por vía oral, señalan quienes se especializan en literatura y cuestiones narrativas, admiten la posibilidad de estar construidas en base a distintas clases de discursos.

Según las características que tenga cada relato, su extensión y la temática abordada en él es posible encuadrar cada esquema en una categoría en particular.

Si es breve, involucra a unos pocos personajes y su trama es medianamente simple, por ejemplo, se habla de relato corto, mientras que aquellas historias inspiradas en la figura y/o vivencias del rey Arturo suelen ser definidas como relatos artúricos. De ser narraciones atribuidas a un escritor que no las ha creado o bien ser escritos religiosos no incluidos en los libros sagrados, en cambio, se habla de relatos apócrifos.

Más allá de los mencionados líneas arriba, existen los relatos policiales, los relatos futbolísticos (elaborados durante el desarrollo de un partido, a medida que avanza el juego), los relatos de viaje, los relatos milesios, los relatos alegóricos, los relatos picarescos, los relatos corales y los relatos mitológicos, por citar otras variedades a modo de referencia.

De buscar artículos impresos o publicaciones que, a lo largo de la historia, se hayan editado bajo la denominación de ‘relato’, por otra parte, adquirirán relevancia propuestas como “Relato de un náufrago” (de Gabriel García Márquez), “Relatos santacrucinos” (de Julio Ramón Ribeyro) y “Relatos de lo inesperado” (de Roald Dahl), entre otros.

El acto y consecuencia de redondear (es decir, de darle a algo una forma redondeada o de no considerar pequeñas diferencias y contemplar así cifras superiores a las calculadas, de acuerdo a las definiciones teóricas) se conoce como redondeo.

En el plano aritmético, por ejemplo, el redondeo se aplica para llegar a un valor aproximado que genere un resultado significativo en base a cómo se represente la cifra a nivel numeral. Si un resultado da 6.97, por citar una posibilidad, se puede redondear para arriba y llegar así a los 7; de ser una cifra como 4.03, en cambio, se admite la opción de redondear para arriba y mencionar entonces sólo el 4.

Para el desarrollo de diferentes programas informáticos, lenguajes de programación y aplicaciones, asimismo, se suele tener en cuenta un número considerable de algoritmos de redondeo. A partir de esto, pues, se desprende una amplia variedad de alternativas, algunas de las cuales vamos a describir a continuación.

A la hora de llevar a cabo un procedimiento, se puede priorizar en base a los objetivos planteados un desarrollo basado en los redondeos simétricos, así como también es posible hacer redondeos asimétricos.

Otra posibilidad es poner en práctica el redondeo bancario, basado en la idea de llegar al número par más cercano, tal como se puede lograr con ciertas versiones del Visual Basic.

El redondeo al azar y el redondeo alternativo, según se desprende de la teoría, son otras posibilidades que se pueden contemplar al querer concretar un proceso de redondeo.

El concepto de refugio (palabra derivada del latín refugĭum) hace referencia, en líneas generales, a un espacio donde cualquier ser puede protegerse o encontrar asilo ante condiciones adversas o cuando se necesita guarecerse de algo o alguien.

Como existen diversas clases de refugios, hoy hemos querido abordar el término y describir las variedades de refugios existentes a fin de ayudarlos a ampliar sus conocimientos.

Un refugio atómico, por ejemplo, es un lugar apto para habitar que se encuentra resguardado y acondicionado para no sufrir las consecuencias de una explosión nuclear ni los efectos de las radiaciones generadas.

Los refugios de montaña, en cambio, son construcciones localizadas en áreas montañosas que le permiten a los excursionistas protegerse de avalanchas o fenómenos climáticos. En la cima del pico Signalkuppe (situado en los Alpes Peninos) se encuentra, por citar un ejemplo, el refugio Reina Margherita, mientras que en el valle de Le Tour se ubica el refugio Alberto Primero. El refugio Bertol (emplazado en el valle de Hérens) y el refugio Zabala (en la Sierra de Guadarrama) son otros de los refugios de montaña construidos desde hace años en distintos rincones del mundo.

Distinto es el caso de los refugios de animales, sitios donde se les da alojamiento, en su mayoría, a perros y gatos que se encuentran perdidos, viven en la calle o han sido abandonados.

Otras clases de refugios que diversifican la noción y amplían su campo de aplicación: refugio antibombas (también conocido como antiaéreo), refugios scout, refugios fiscales, refugios naturales, etc.

Una gran cantidad de viviendas particulares comparte con las prisiones el detalle de tener rejas. Estos elementos, que por lo general se fabrican con hierro y poseen una gran resistencia, suelen utilizarse con fines de seguridad, pero en la vida cotidiana también se aprovechan para otros fines.

Las rejas de protección, por ser objetos pensados para evitar que animales e individuos ingresen a un terreno sin autorización previa, suelen colocarse delante de las puertas de entrada a un hogar y en las ventanas que podrían llegar a ser vulneradas por delincuentes.

Las rejas de arado, en cambio, como su nombre lo indica son parte del arado y se destinan a quebrar y remover la tierra.

Distinto es el caso de las rejas que se emplean en obras sobre todo de carácter hidráulico ya que estas estructuras se reservan para la protección y aislamiento de maquinarias y equipos frágiles.

También es posible identificar una reja (llamada reja o rejilla supresora) al observar el interior de una válvula termoiónica y reconocer frente a todas las demás a la Reja de San Millán, tal el nombre que recibe un documento redactado cerca del año 1025 que apareció por primera vez en 1883 en el boletín de la Real Academia de la Historia.

El filme estadounidense conocido en español como Rejas Humanas (con dirección de Charles Vidor) y la localidad bonaerense de La Reja (situada en el partido de Moreno, Provincia de Buenos Aires) son otros ejemplos que permiten comprobar la diversidad de significados que posee este concepto.