El proceso por el cual un objeto o individuo vuelve a gozar de un antiguo estado o recupera ciertas facultades se conoce con el nombre de rehabilitación.
Según se advierte al repasar las aplicaciones y alcances de este vocablo, la noción está presente tanto en el ámbito de la Medicina como en el campo del Derecho.
Un profesional de la salud, por ejemplo, entiende por rehabilitación a los pasos que sigue un paciente para volver a tener una función que ha perdido, para recuperar su plenitud o recobrar fuerza muscular. Por su parte, los expertos en Derecho hablan de rehabilitación para hacer referencia al método por el cual una persona recupera la posesión de aquello que le habían quitado.
De acuerdo a las técnicas aplicadas en el proceso de rehabilitación, qué clase de recuperación se requiera y qué cuestiones o áreas están involucradas, se encuadra el concepto en diferentes categorías.
Si los esfuerzos se encaminan a la restitución de funciones cognitivas a partir de la estimulación del sistema nervioso central, por citar un caso posible, se trata de una rehabilitación neuropsicológica, así como los tratamientos dirigidos a solucionar cardiopatías se describen como rehabilitaciones cardíacas.
Asimismo, existen en otros contextos posibilidades de rehabilitaciones por consumo de estupefacientes o alcohol; rehabilitación de animales (basado en cuidados y atenciones de ejemplares silvestres para, una vez recuperados, ser devueltos a su hábitat original); rehabilitaciones laborales; rehabilitaciones legales; rehabilitaciones políticas; rehabilitaciones de centros históricos; rehabilitaciones viales; rehabilitaciones de barrios y rehabilitaciones de viviendas, entre muchas otras clases.