Cuando algo permite reducir una determinada cosa o posee un efecto que logra minimizar una condición, se lo describe como reductor.

Los agentes reductores, por ejemplo, son aquellos que ceden electrones a un cierto agente oxidante (tal como se conoce a los compuestos químicos involucrados en reacciones de reducción-oxidación), mientras que las cajas reductoras son mecanismos desarrollados con engranajes con el objetivo de conservar una velocidad en un parámetro próximo al ideal.

De profundizar en este concepto y hacer foco en sus aplicaciones y alcances, uno podrá conocer las particularidades no sólo de las nociones detalladas líneas arriba sino también de los reductores de velocidad (presentes en vehículos y maquinarias que funcionan a motor, y sujetos a una clasificación específica que permite distinguir entre sí a los reductores de Sin fin-Corona; a los reductores cicloidales; a los reductores planetarios; a los reductores coaxiales; a los reductores ortogonales y a los reductores paralelos, entre otros), de los reductores de imágenes (empleados para hacer más chico el tamaño de una fotografía, por ejemplo), de las cremas reductoras (tal como se conoce a los productos para el cuerpo que se promocionan en el mercado como alternativas a tener en cuenta si se desea reafirmar la piel, eliminar grasa localizada y disminuir algún talle), de los reductores de archivos (para comprimir programas y hacer menos pesados a los archivos) y de los reductores de presión de agua (dispositivos que brindan la posibilidad de regular la presión con la que sale el agua), entre otros elementos que diversifican la idea.