El concepto de soufflé se origina en una voz francesa que, en español, se utiliza como sustantivo y adjetivo, siempre relacionado al universo gastronómico. Cuando se describe con este término a una comida, se busca hacer foco en su modo de preparación y el efecto inflado con el que queda cada producto, así como también se apela a esta palabra para identificar a un menú que puede realizarse con múltiples ingredientes pero tiene como rasgo distintivo su consistencia suave y esponjosa lograda con claras de huevo batidas a punto nieve.
Según las preferencias, los estilos de vida, el presupuesto y las ideas de cada consumidor o cocinero, se podrán preparar y disfrutar papas (o patatas) soufflé, soufflé de atún, soufflé de vegetales, aros soufflé de cebolla, soufflé de calabaza y queso, soufflé de coliflor, soufflé de chocolate, soufflé de almendras, soufflé de banana, batatas soufflé, ñoquis soufflé y soufflé de choclo, por mencionar algunas alternativas. Del análisis de estas opciones, se desprende que, respetando las características típicas del soufflé, se pueden elaborar platos que satisfagan a distintas clases de personas para que todos tengan la posibilidad de deleitarse con estas propuestas y distintos sabores.
De querer encuadrarlos en diferentes categorías, se podrá hacer referencia, en líneas generales, a los soufflés dulces, a los soufflés salados, a los soufflés veganos, a los soufflés vegetarianos, a los soufflés calientes y a los soufflés fríos, aunque existen otras posibilidades en función de cómo sean la gastronomía, los recursos y las pretensiones culinarias en cada país.