A la hora de describir el acto y el resultado de suministrar algo, el término adecuado es suministro. Esta palabra, según se advierte al consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE), también permite hacer alusión al objeto o servicio que ha sido suministrado e identificar al conjunto de víveres y recursos con fines de abastecimiento que se destinan a grupos de personas como los casos de una tropa, una población carcelaria, un comedor infantil, etc.

De acuerdo al elemento o prestaciones que se proveen y las condiciones en las cuales se concreta la entrega de provisiones, es posible encuadrar a cada suministro en una categoría específica con particularidades que la vuelven única y permiten, por lo tanto, distinguir entre uno y otro tipo de suministros.

Uno de los suministros más importantes y necesarios es el de agua potable, ya que sin acceso a este recurso los seres vivos tendrían limitaciones serias en su calidad de vida y graves problemas de salud, llegando incluso a morir por no tener agua apta para consumo a disposición.

El suministro eléctrico, por otra parte, consiste en una estructura desarrollada para generar, transportar y distribuir energía eléctrica a fin de garantizarle a los ciudadanos un servicio de electricidad adecuado que contribuya a su bienestar y facilite ciertas actividades cotidianas.

También, tal como se advierte al analizar los servicios que se tienen en muchas viviendas, existe el suministro de gas, una prestación que contempla diferentes modalidades y formas de distribución, como sucede por ejemplo con el suministro de gas natural a través de una conexión de la red a gasoductos troncales.