Un gran número de personas, frente al concepto de sentencia acostumbra pensar inmediatamente en algo relacionado a la esfera judicial, sin tener en cuenta otros significados de este término que se origina en el vocablo latino sententĭa. Por esa razón, a fin de ayudarlos a ampliar sus conocimientos, hoy en Tipos.com.mx repasaremos las múltiples definiciones de esta palabra y mencionaremos las diversas clases de sentencia que se pueden identificar.

En primer lugar, resulta interesante recordar que todo dictamen o conclusión está considerado como una sentencia, tal como lo es la resolución de un juez o tribunal. Antes de continuar con la enumeración de acepciones, conviene resaltar que sólo en el caso de surgir en el plano de la Justicia la sentencia se califica como judicial. De todos modos, dentro del campo del Derecho sí es posible individualizar a las sentencias gracias a criterios de clasificación que derivan en expresiones como las de sentencias definitivas, sentencias firmes, sentencias condenatorias, sentencias absolutorias, sentencias contradictorias y sentencias en primera instancia, por citar algunas a modo de referencia.

Por fuera de este contexto de leyes, se pueden encontrar casos como el de los expertos en Informática que reservan la idea de sentencia para identificar a una secuencia que hace alusión a, al menos, una operación de programación (o un proceso similar), o el de aquellos que se especializan en cuestiones lingüísticas, para quienes las sentencias son oraciones gramaticales. De profundizar aún más en los alcances de esta noción, podremos comprobar también que existen libros, películas y obras teatrales que aprovechan en sus títulos el término ‘sentencia’.

Las superficies amplias de terreno donde crecen numerosos árboles y existe una interesante diversidad biológica se conocen como selvas. Estos lugares ricos en materia de flora y fauna, se distribuyen a lo largo y ancho del planeta con diferentes particularidades que permiten encuadrarlos en distintas categorías.

De tener en cuenta variables como el factor térmico, la humedad de una zona, la altitud, la latitud y las condiciones ambientales predominantes, se puede aprender a reconocer los rasgos distintivos de las selvas ecuatoriales, a distinguir del resto a las selvas tropicales (o selvas macrotérmicas) y a saber cómo son y dónde se localizan las denominadas selvas subtropicales.

Asimismo, al profundizar en esta temática es posible ampliar nuestros conocimientos sobre las selvas templadas, las selvas frías, las selvas lluviosas (también conocidas como selvas umbrófilas que, a su vez, se pueden clasificar como selvas perennifolias y selvas monzónicas), las selvas secas (que pueden segmentarse en los conjuntos de selvas caducifolias y selvas subcaducifolias), las selvas de planicie (como las selvas aluviales), las selvas de montaña (las cuales pueden ser tropicales o subtropicales) y sobre las selvas de galería, por mencionar otras que amplían el alcance de este concepto.

Más allá de los detalles teóricos citados líneas arriba, es interesante tener presente que la selva amazónica compartida entre Perú, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam, Venezuela, Guayana Francesa y Bolivia; la selva misionera localizada en territorio argentino; la selva del Congo situada en África Central; la selva de Nueva Guinea y la selva mexicana Lacandona son algunos de los entornos que, a nivel mundial, sirven como referencia a la hora de explicar y ejemplificar la noción de selva.

El concepto de serigrafía procede de vocablos antiguos que se remontan a una estructura en latín que más tarde se adaptó al francés y derivó en el término que conocemos en español hoy en día.

De acuerdo a la definición teórica, se trata de una palabra que identifica a la técnica de realizar un estampado por medio de la transferencia de tinta a través de un tejido. Este proceso, señalan quienes lo suelen poner en práctica, puede llevarse a cabo sobre cualquier clase de material, entre ellos un papel, una cerámica, vidrio, una tela, etc.

Cabe resaltar que la serigrafía resulta de gan utilidad a la hora de reproducir carteles, pinturas, obras de arte; de estampar calzados y múltiples tipos de ropa (desde camisetas, vestidos y abrigos hasta pantalones y corbatas); de imprimir marquesinas o marcos decorativos; de realizar etiquetas, piezas autoadhesivas y calcomanías y de desarrollar rótulos para grandes superficies metálicas, por citar parte de las alternativas contempladas dentro del ámbito de la serigrafía.

Otro dato interesante para mencionar al respecto es la variedad de opciones que existen para dedicarse a la serigrafía ya que, con los materiales adecuados, los conocimientos básicos del procedimiento y un mínimo asesoramiento, cualquiera de nosotros puede probar suerte con la serigrafía artesanal o casera. Distintos a este método son los casos de la serigrafía industrial que exige maquinarias específicas y el de la serigrafía de carácter digital, dos modalidades que requieren experiencia y un dominio tanto de técnicas como de equipos relacionados al estampado.

A través del análisis de, al menos dos elementos, y las comparaciones entre ellos pueden establecerse tanto diferencias como semejanzas. Estos últimos casos, en función de la definición del término, ocurren cuando un par (o más) de ítems evaluados resultan semejantes, es decir, parecidos.

Las semejanzas, a juzgar por la realidad, pueden observarse en múltiples ámbitos, ya sea en la vida cotidiana (al hacer foco en similitudes de rostros, por citar un ejemplo) o en el plano profesional.

Los expertos en Geometría, entre otros especialistas, suelen hablar de una semejanza cuando, por describir una posibilidad, trabajan con dos figuras triangulares cuyos lados correspondientes poseen razones congruentes.

Por su parte, aquellos que desarrollan y trabajan con modelos a escala para estudiar qué fenómenos podrían afectarlos en el plano real y cómo se comportarían estas construcciones frente a ellos, suelen aplicar la teoría de las semejanzas. En este contexto, entran en juego las semejanzas geométricas, las semejanzas dinámicas y las semejanzas cinemáticas.

De ahondar más en los alcances de esta noción, es posible recordar la existencia de “Semejanza del mundo” (una publicación originada en 1222 cuyo contenido es de temática geográfica), así como también se pueden reconocer semejanzas económicas, semejanzas sociales, semejanzas culturales y semejanzas ambientales entre un lugar y otros.

Al igual que en los casos de las modalidades mencionadas líneas arriba, existe la opción de hallar semejanzas deportivas, semejanzas históricas, semejanzas físicas, semejanzas naturales, semejanzas religiosas y semejanzas estructurales en función de los elementos y criterios que resulten objetos de análisis.

Para quienes vivimos en zonas urbanas no es extraño divisar a diario diversos semáforos que nos indican cuándo cruzar una calle o avenida, pero no siempre reparamos en estos objetos ni nos ponemos a pensar en las variedades que existen al respecto. Por esa razón, a fin de llamar la atención sobre estos elementos fundamentales para la seguridad vial, hoy centraremos la información en las particularidades de los semáforos.

En primer lugar, hay que decir que el concepto no sólo se destina al reconocimiento de los dispositivos eléctricos que regulan el desplazamiento de vehículos y dan paso a peatones por medio de señales luminosas y/o sonoras: un semáforo también puede ser un sistema basado en estímulos ópticos y la denominación que reciben los telégrafos ópticos de las costas.

A lo largo de la Historia, los semáforos han evolucionado en función de las tecnologías y las necesidades sociales en materia de ordenamiento. Así, entonces, los antiguos semáforos ideados por el ingeniero John Peake Knight basados en un par de brazos con lámparas de gas que se elevaban de acuerdo al sentido en que se detenía el tránsito fueron reemplazados por el invento de Earnest Sirrine, quien ideó un sistema automático que, en vez de luces, tenía las palabras “Proceder” y “Detención” para dar las correspondientes indicaciones a peatones y automovilistas.

Con el paso del tiempo, aparecieron semáforos con tres luces (como aún se observan en la actualidad pero con diferentes clases de luminarias, hasta llegar a las LED vigentes a nivel internacional), semáforos con tecnología inalámbrica (no muy populares todavía), semáforos peatonales, semáforos para ciclistas, semáforos para tranvías, semáforos con contador de tiempo y semáforos sonoros para permitir que las personas no videntes puedan desplazarse por espacios públicos con mayor seguridad, entre otras alternativas.

El producto que permite sellar una superficie se conoce con la denominación común de sellador. Se trata de un material que impide que, en las juntas de azulejos de baños o cocinas, alrededor de una tubería o en los bordes de los vidrios (por citar algunas posibilidades), se acumule agua, penetre aire o se junte polvo, entre otras cuestiones.

Con los selladores, indican quienes se dedican a realizar tareas de construcción o refacción de inmuebles, se logra proteger, conservar y extender las buenas condiciones de un piso, una pared y hasta de ciertos artefactos presentes en el hogar.

A fin de satisfacer todas las necesidades del mercado y emplear el producto indicado de acuerdo al lugar o particularidades de aplicación, existen en el mercado una amplia variedad de selladores, los cuales se diferencian entre sí por marca, presentación y componentes principales.

Entre los selladores más comunes en la actualidad aparecen los de silicona, que resultan de gran utilidad para sellar vidrios, fachadas, estructuras de concreto y superficies con PVC y policarbonato. Con estos selladores, se extiende la durabilidad de infraestructuras y se evita, por ejemplo, la aparición de hongos en áreas húmedas, como lo son los baños y las cocinas.

El marco de una puerta, una grieta abierta en un muro o piezas prefabricadas, en cambio, suelen sellarse con un producto de poliuretano, un sellante que se adhiere con facilidad al vidrio, la madera, el hormigón y el acero, entre otros materiales.

Los selladores acrílicos, por su parte, son fáciles de aplicar y brindan la posibilidad de unir espacios entre puertas, ventanas y otras aberturas tanto de exteriores como de interiores.

Ya en Tipos.com.mx les ofrecimos información, en artículos diferentes, sobre las clases de segmentación existentes y acerca de las variedades de mercado que se pueden encontrar. Hoy, a fin de ayudarlos a ampliar sus conocimientos y brindarles precisiones sobre estos conceptos, la idea es combinar estos conceptos para aprender qué es, qué alcance tiene y cómo se analiza la segmentación de mercado.

De acuerdo a los expertos en Mercadotecnia, se trata de un procedimiento que invita a fraccionar un cierto rubro o mercado en grupos reducidos compuestos por elementos similares entre sí con el propósito de estudiar en detalle sus necesidades, costumbres y particularidades, todas variables que servirán, por ejemplo, a la hora de implementar una estrategia de marketing.

A partir de esta segmentación, entonces, una empresa puede conocer mejor a los consumidores y, en base a ese dato, focalizar sus esfuerzos en ofrecerles servicios o productos que resulten atractivos para ellos, así como también se simplifica la logística, se facilitan las tomas de decisiones y se puede orientar la producción.

Cabe resaltar que la segmentación de mercado admite fraccionamientos geográficos (que pueden ser generales como la división por naciones o cada vez más exhaustivos hasta llegar a una división por barrios); fraccionamientos demográficos (incluye los criterios de género, edad, nacionalidad, profesión, etc.); fraccionamientos conductuales (la división se hace en base a los beneficios que se pretenden, a la fidelidad hacia la marca y a la predisposición evidenciada hacia el producto, entre otras variables) y fraccionamientos psicográficos (en función de clases sociales, personalidades, estilos de vida).

Se define como sensación (término que procede del vocablo latino sensatĭo) a la impresión que queda en alguien tras captar e interpretar un estímulo a través de alguno de sus sentidos (“Me quedó una sensación horrible después de ver esa película”). Asimismo, esta noción se aprovecha en la vida cotidiana para hacer referencia a un presentimiento (“Tengo una sensación fea, como que les pasó algo malo a los chicos”) y describir el efecto que puede tener una decisión, iniciativa o presentación (“Ese vestido causó sensación en la fiesta”).

A partir de estas acepciones se desprenden numerosas categorías que comprueban la multiplicidad de interpretaciones que tiene esta palabra. Los expertos en cuestiones meteorológicas, por ejemplo, acostumbran mencionar la idea de “sensación térmica” cuando buscan hacer foco en índices y parámetros que determinan cuántos grados concretamente siente un cuerpo más allá de la temperatura del ambiente.

Por otra parte, un individuo puede acudir al médico tras experimentar una sensación de ahogo o falta de aire, un síntoma que puede relacionarse a enfermedades pulmonares o asociadas al aparato respiratorio.

Al analizar las sensaciones y sus alcances, también resulta interesante resaltar la existencia de sensaciones externas (que llegan desde el medio que nos rodea y estimulan desde afuera la vista, el tacto, el gusto, el oído o el olfato para provocar, entre otras, una sensación agradable, una sensación de miedo o una sensación placentera) y de sensaciones internas (en este caso, es nuestro propio organismo el que avisa una conmoción o cambio generado en el interior de la estructura corporal).

Cuando un grupo de elementos se suceden dentro de un mismo conjunto, se suele hablar de serie. Esta palabra, como se deduce de la práctica, está presente en muchos ámbitos y se aplica tanto en la vida cotidiana como en entornos específicos (a partir de ella se formulan mensajes como “Lo van a someter a una serie de estudios para determinar la causa del desmayo”, “Es un hombre fuera de serie”, “El equipo ganó la serie final del torneo y se prepara para competir a nivel internacional”, “El artista participará de una serie de eventos benéficos antes de iniciar la gira promocional”).

En el plano matemático, por ejemplo, se reconocen series numéricas, series convergentes, series geométricas, series alternadas y series divergentes (entre muchas otras), mientras que a nivel musical es frecuente hacer alusión a las series armónicas.

Más allá de estas categorías, la noción es parte de expresiones como “serie televisiva” (programa segmentado en episodios donde en cada emisión se repiten personajes de la presentación anterior), “serie geológica” (estructura de rocas que se formó en una época determinada), “serie de videojuegos” (entregas como parte de una colección de juegos para consolas), “serie filatélica” (tal como se conoce a los distintos sellos de temática similar que se lanzan para conmemorar una cierta fecha o acontecimiento) y “número de serie” (cifra única que sirve como identificación de un producto).

Otras clases de series que le aportan diversidad al concepto: cable serie, puerto serie, comunicación en serie, circuito serie, serie sintética, serie de torneos deportivos, series online, productos en serie.

En el lenguaje común, es usual que se hable de servidor (palabra con origen en el vocablo latino servĭtor) para describir a quienes se desempeñan como criados o para que uno mismo se presente, por cortesía, ante otro individuo para demostrar que uno está al servicio del otro.

En el campo informático, en cambio, se reserva el concepto de servidor para hacer foco en un elemento contemplado dentro de una estructura que facilita el desarrollo de una red de computadoras.

Los servidores que se utilizan en este ámbito, señalan los expertos en Informática, son varios, cada uno con particularidades que lo diferencian del resto y que contribuyen a satisfacer distintas necesidades de los clientes. Existen, por ejemplo, servidores de correo que facilitan las comunicaciones entre integrantes de una red, así como servidores de impresiones útiles para unificar tareas relacionadas al funcionamiento de, al menos, una impresora conectada a la red.

Para complementar esta oferta, aparecen como opciones los servidores proxy, los servidores de fax, los servidores de uso, los servidores de telefonía, los servidores de bases de datos, los servidores de seguridad, los servidores de acceso remoto y los servidores de seguridad, por mencionar otras alternativas. Al respecto, cabe señalar también que estos nodos, en función de sus características, pueden clasificarse como servidores dedicados, servidores semi-dedicados o servidores no dedicados.

Más allá de los diversos tipos de servidores citados líneas arriba, se pueden reconocer servidores de mapas en Internet, servidores virtuales, servidores autónomos o autogestionados y servidores de nombre raíz, entre otros.