La laca, según se advierte al consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE), es una sustancia traslúcida y resinosa formada en las ramas de ciertos árboles como consecuencia de la exudación vegetal. Esta palabra, además, identifica a un producto incoloro y líquido que se utiliza sobre el cabello para mantener fijo un peinado y a una pintura que se aplica sobre acero o madera de manera ornamental. Hay, como se deduce de la práctica, numerosas alternativas al respecto.
Para pintar las uñas, por ejemplo, se hace uso de una sustancia cosmética que puede ser transparente o tener color denominada laca de uñas, aunque también hay quienes la definen como esmalte.
La laca para el cabello, en tanto, suele comercializarse en aerosol. Si bien hay quienes apelan a esta alternativa para endurecer el cabello cuando quieren conservar por varias horas la forma dada al pelo, también hay personas que eligen lacas con diversos pigmentos para poder teñir su cabellera de manera temporal.
La laca en papel, por su parte, es una técnica aplicada en el mundo del arte conocida además como pintura de laca. Este antiguo método surgió en Japón y China con fines decorativos y, con el tiempo, se extendió a distintos rincones del continente europeo.
Por último, no se puede dejar de hacer referencia a la laca vitral, un producto para aplicar sobre vidrio con propósitos ornamentales que también puede llegar a usarse sobre otras superficies (como madera, papel, yeso, plástico, etc) para decorarlas con un efecto particular, a puro brillo y color.