El concepto de transporte puede ser aplicado y entendido de diversas maneras ya que son varias las definiciones que la Real Academia Española acepta para él. En primer lugar, puede ser empleado para describir al acto y a la consecuencia de transportar algo o a alguien, pero también para identificar al conjunto de vehículos que permite desplazar objetos, animales e individuos de un punto a otro. Para completar las acepciones, hay que decir que se entiende por transporte a toda unidad que permite el traslado de pasajeros o mercancías.
Ante la amplitud de este vocablo, se hace necesario clasificar cada tipo de transporte a fin de tener mayores precisiones cuando deseamos mencionar alguna cuestión vinculada a los vehículos aglutinados en el sistema de transporte.
De esta manera, es posible identificar si se trata de un transporte de carga o de un transporte de pasajeros y, a partir de allí, comenzar a segmentarlos en base a múltiples criterios para poder ofrecer la mayor cantidad de información posible sobre sus características.
De acuerdo al recorrido que realicen, por ejemplo, se los puede catalogar como transporte urbano o interurbano, mientras que el tipo de usuario y las condiciones del viaje permiten hablar, según corresponda, de transporte público (trenes, autobuses, tranvías) y de transporte privado (taxi, remis, coche particular). Asimismo, el transporte escolar es aquel destinado al traslado de estudiantes desde sus propios hogares hasta el establecimiento educativo y viceversa.
Un análisis más amplio que tenga en cuenta el espacio utilizado para el transporte, asimismo, permite hacer referencia a los transportes aéreos, transportes por carretera, transportes por vías férreas y transportes por vías navegables.