Cuando uno busca información sobre mezclas, encuentra entre una de las variedades más comunes y fáciles de reconocer en la práctica al conjunto de las mezclas homogéneas. Y dentro de este grupo, a numerosas posibilidades que vamos a describir a continuación para sumar datos de interés sobre el tema.
Una mezcla de distintos componentes que genera una estructura que posee composición y estructura uniforme, por detallar un caso específico, es equivalente al sistema material conformado por una única fase termodinámica que, en Química, se identifica con la expresión de sistema homogéneo. Así ocurre, por ejemplo, con las disoluciones, concepto que alude a las mezclas homogéneas logradas con proporciones variables de al menos dos sustancias puras que, entre sí, no reaccionan.
De profundizar nuestros conocimientos al respecto, podremos diferenciar además a las mezclas homogéneas coloidales (donde aparece, a modo de referencia, la clara de huevo), a las mezclas homogéneas sólidas (como se logra al mezclar un poco de sal con azúcar), a las mezclas homogéneas líquidas (surgen, por indicar una alternativa, al mezclar café con leche) y a las mezclas homogéneas gaseosas (así se considera al aire, por ejemplo). Como se deduce de estos datos, en nuestras preparaciones gastronómicas, por más simples que sean, frecuentemente hay mezclas de carácter homogéneo.
Las mezclas homogéneas de oxidantes y reductores, las mezclas homogéneas de hidrocarburos saturados de cadena larga, las mezclas homogéneas de combustibles y las mezclas homogéneas de compuestos orgánicos, por agregar más opciones, son otras categorías que le dan diversidad y un mayor campo de aplicación a este conjunto.