Se define como máquina eléctrica, de acuerdo a la teoría, a todo dispositivo que tiene la capacidad de transformar toda clase de energía en energía eléctrica o viceversa, cuya potencia depende de la energía que logre desarrollar en una unidad de tiempo. Hay, en este marco, tres alternativas generales para englobar a cada maquinaria de acuerdo a sus particularidades: transformadores, motores y generadores.
Al profundizar nuestros conocimientos en relación a este tema descubrimos asimismo que, desde una perspectiva mecánica, es posible clasificar a estos equipos de trabajo como máquinas rotativas (las cuales se caracterizan por tener algunas partes giratorias, como ocurre con los motores, por señalar una posibilidad a modo de referencia) y máquinas estáticas (aquellas que carecen de piezas o dispositivos móviles, tal como se observa en los transformadores). En el caso de las rotativas o rotatorias, por agregar más precisiones, es posible optar por opciones de corriente alterna monofásica y trifásica, las cuales pueden ser síncronas, asíncronas o conmutadas, además de existir equipos de corriente continua conmutados.
El uso y la finalidad de estos artefactos, en tanto, permite distinguir entre máquinas eléctricas de servicio continuo (de trabajo extendido con carga constante, consiguiendo así una temperatura estable), máquinas eléctricas de servicio continuo variable (el nivel de carga varía pese al trabajo incesante), máquinas eléctricas de servicio intermitente (en ellas se combina tiempo de trabajo con ciclos de reposo o descanso) y máquinas eléctricas de servicio unihorario (funcionan con condiciones superiores a las del régimen continuo pero la temperatura no logra estabilidad).