Es interesante hacer foco en las definiciones de la palabra ‘trayectoria’ y comprobar que son muchos los usos que se le puede dar a este término que está presente en Meteorología, Mecánica y Geometría, entre otras disciplinas. Con este ejercicio de repasar la teoría y analizar la práctica para deducir todo lo que abarca la idea de trayectoria es posible mejorar nuestro modo de expresarnos e incorporar saberes generales.

Si bien algunas interpretaciones son complejas por basarse en temas dominados por expertos, a continuación describiremos diferentes categorías para demostrar la presencia de esta noción en múltiples áreas de trabajo.

La trayectoria física, por ejemplo, es aquella que describe la orientación y posición que tiene, durante todo su recorrido,, un cuerpo al moverse o trasladarse. Hay, en este contexto, trayectorias curvilíneas y trayectorias erráticas.

Al hablar de trayectoria óptica, en cambio, se centra la atención en la distancia que se logra recorrer a la velocidad de la luz con un determinado índice de refracción. Por su parte, la trayectoria balística informa cómo se desplaza un proyectil teniendo en cuenta las condiciones del medio por el cual avanza, la fuerza de gravedad y su propia inercia.

La trayectoria terrestre, en cambio, se caracteriza por marcar la distancia entre la superficie de la Tierra respecto a otro objeto o cuestión tenida en cuenta. La trayectoria bursátil, asimismo, contempla los valores considerados por la Bolsa en un periodo concreto de tiempo.

Un uso más cotidiano y sencillo se hace de la expresión “trayectoria personal”, ya que en ella se incluyen todas las actividades que, a lo largo de su vida, desarrolla un ser humano. En todos los ámbitos laborales se pueden encontrar casos de personas de “trayectoria intachable”, de “amplia trayectoria”, etc.