El hecho de ser aplicado refleja la aplicación con que alguien desarrolla una cierta tarea. También, la idea de aplicación refiere a algo que se añade a una determinada superficie con fines ornamentales y se aprovecha en disciplinas como la Matemática y la Informática para identificar distintas cuestiones.

Dentro de las aplicaciones matemáticas podemos llegar a reconocer aplicaciones lineales (donde intervienen un par de espacios vectoriales), aplicaciones contractivas (vinculadas a un espacio métrico), aplicaciones biyectivas (marco en el cual se reconocen funciones inyectivas y sobreyectivas), aplicaciones logísticas, aplicaciones multilineales, aplicaciones regredientes, aplicaciones progredientes y aplicaciones diferenciables, por mencionar algunas a modo de referencia.

De hacer foco en el área de la Informática y la Computación, por otra parte, ganarán relevancia diferentes variedades de aplicaciones informáticas. Hay, en este marco, aplicaciones móviles (ideadas para múltiples tipos de dispositivos móviles), aplicaciones web (requieren el acceso a un navegador para poder ejecutarse), aplicaciones portátiles (aquellas que pueden ejecutarse en todo equipo que tenga el sistema operativo compatible para reconocerlas sin necesidad de instalarlas previamente), aplicaciones rompedoras, aplicaciones distribuidas, aplicaciones móviles educativas, aplicaciones verticales y aplicaciones horizontales, entre muchas otras.

Además de las enumeradas en los párrafos anteriores, es interesante saber que existen las aplicaciones ofimáticas y que, si uno investiga un determinado tema y analiza sus usos prácticos, puede llegar a identificar, por ejemplo, a las aplicaciones científicas de la fotografía, a las aplicaciones de la electricidad, a las aplicaciones de autoagregación, a las aplicaciones de tiempo real, a las aplicaciones de los líquidos iónicos, etc.