En electricidad se suele hablar de circuito integrado (producto que en ocasiones recibe el nombre de microchip) cuando se desea describir al conjunto de componentes de un circuito en miniatura que se colocan en un mismo chip o soporte que, por lo general, está fabricado en silicio.
Este pequeño elemento que se hace presente en la vida cotidiana por formar parte de equipos informáticos, teléfonos móviles y diversos aparatos referentes a las comunicaciones, puede reunir diferentes características y dar origen a múltiples versiones de acuerdo a sus particularidades y fines de fabricación.
Si se considera la cantidad de componentes del circuito y se analiza su grado de integración, estos circuitos integrados pueden segmentarse como SSI (sigla que responde a Small Scale Integration); MSI (Medium Scale Integration); LSI (Large Scale Integration); VLSI (Very Large Scale Integration); ULSI (Ultra Large Scale Integration); GLSI (Giga Large Scale Integration), pero si el foco se posa sobre el perfil de las funciones integradas, las diferencias los dividen en dos grupos: el de los circuitos integrados analógicos y el de los circuitos digitales.
Más allá de estas apreciaciones, pueden reconocerse a estos elementos a partir de otros criterios que llevan a distinguir a los circuitos híbridos de capa fina (aquellos cuyas piezas no se pueden desarrollar a partir de tecnología monolítica), a los circuitos híbridos de capa gruesa (opción que posee circuitos monolíticos sin cápsula ubicados sobre un sustrato dieléctrico y que se relacionan a partir de pistas conductoras) y a los circuitos monolíticos (los cuales se fabrican en un único monocristal).