Se considera cuerpo (término derivado del latín ‘corpus’) a todo aquello que posee una extensión limitada y es perceptible a través de los sentidos. Para la Real Academia Española (RAE), este concepto se asocia también al conjunto de sistemas orgánicos que constituyen a un ser vivo, a la densidad o espesura de los líquidos, al grupo de personas que comparten una actividad o profesión, al tamaño de los caracteres de imprenta (“Ese texto fue impreso en letra de cuerpo 12”) y a cada una de las partes que integran un elemento principal.
Como resulta evidente, el significado de este vocablo es muy amplio y abarca múltiples ámbitos. Así, entonces, se puede hablar de cuerpos desde la Anatomía (y estudiar, entre otros, al cuerpo humano), la Arquitectura (“edificio de dos cuerpos”), la Matemática (en álgebra abstracta, un cuerpo es una estructura algebraica en la cual se realizan operaciones de multiplicación y adición y se cumplen las propiedades asociativa, distributiva y conmutativa) y la Astronomía (cuerpo celeste).
Asimismo, es interesante resaltar que es posible distinguir otras acepciones al hablar de cuerpo compuesto (expresión propia de la Química para mencionar a aquel que puede descomponerse en otros de naturaleza diferente), cuerpo de baile (conjunto de bailarines), cuerpo de bomba (tubo donde se localiza el émbolo de la bomba hidráulica) o cuerpo de ejército (unidad integrada por dos o más divisiones).
Otras clasificaciones que diversifican la noción: cuerpo de delegados, cuerpo de delito, cuerpo de doctrina, cuerpo extraño, cuerpo presente, cuerpo negro, cuerpo amarillo y cuerpo calloso, entre otras.