En las instituciones, organizaciones y empresas, la persona que asume la responsabilidad de llevar adelante la gestión administrativa se define como gerente. Entre sus funciones aparecen las tareas de coordinar y supervisar el trabajo de un grupo de empleados para conseguir que se cumplan los objetivos corporativos en tiempo y forma.

Como en la práctica es posible distinguir muchas clases de gerentes, a continuación brindaremos información de interés sobre las múltiples categorías existentes.

Los gerentes generales, por ejemplo, son ejecutivos o autoridades de alta jerarquía que pueden estar al frente de ciertos negocios u operaciones comerciales, designar a gerentes de otras áreas, evaluar los desempeños dentro de cada departamento de la compañía, etc.

Los gerentes de área, en tanto, pueden aparecer en el departamento de Recursos Humanos para seleccionar el personal más idóneo y en el departamento de Finanzas para planificar y ejecutar acciones vinculadas al capital de la empresa u organización, por señalar dos alternativas puntuales.

Asimismo, hay quienes se desempeñan como gerentes de sección, gerentes de proyecto, gerentes de turno, etc. En las campañas políticas, por otra parte, suele haber un gerente de campaña que se encarga de impulsar acciones para posicionar y buscar el mayor beneficio para el candidato que lo ha contratado. Recaudar fondos y ejecutar estrategias publicitarias son parte de sus actividades.

Por último, resulta interesante señalar que en la pantalla chica argentina hubo, a mediados de los ’90, una telecomedia bautizada como “Gerente de familia” que tuvo a Andrea Bonelli y a Arnaldo André como protagonistas.

Al dejarnos cautivar por el maravilloso mundo de las aves encontramos, entre muchos animales, a los gansos. Estos ejemplares son aves palmípedas de costumbres migratorias de apariencia similar al pato pero con un tamaño más grande. Básicamente su plumaje es gris y, según la especie, tienen sus patas y el pico de tonalidad amarilla, naranja o rosada.

Cuando se hace alusión al ganso bravo, por ejemplo, se pone el foco en los gansos silvestres, es decir, en aquellos que no están domesticados. El ganso doméstico, en tanto, suele ser definido como oca.

Más allá de estas dos clasificaciones generales hay muchas otras expresiones y nombres que nos ayudan a descubrir todas las especies nucleadas en este conjunto.

En territorio francés, por ejemplo, es posible hallar al ganso de Toulouse, nacido a partir del ganso común salvaje pero que presenta un peso y un tamaño mayor a él. En Nueva Guinea y Australia, en tanto, adquiere protagonismo el ganso urraca u overo, mientras que el ganso aliazul es endémico de Etiopía. El ganso del Nilo (también conocido como ganso egipcio), por su parte, es nativo de África.

El ganso de la tundra (que pasa la temporada invernal en áreas templadas de Asia y Europa), el ganso espolonado (de dimensiones grandes, afincado en suelo africano), el ganso de Magallanes (propio de América del Sur), el ganso careto (se distribuye en zonas árticas de Norteamérica, Europa y Asia) y el ganso pigmeo verde (familia que suele reproducirse en el norte australiano y al sur de Nueva Guinea) son otras especies a tener en cuenta al buscar información sobre tipos de gansos.

Los sitios, espacios, cámaras y dispositivos que se acondicionan para que las semillas puedan germinar (teniendo, entre otras características, condiciones de humedad adecuadas) se conocen como germinadores. Esta palabra, en su sentido más amplio, describe a todo aquello que promueve la germinación de algo.

En el propio hogar se pueden reutilizar varios elementos y, de manera sencilla y en pocos pasos, lograr un germinador casero. Una caja de huevos, una bolsa o botella plástica o un frasco de vidrio pueden servir para llevar a cabo el plan de ver germinar una semilla, una tarea muy frecuente durante la etapa escolar. Ya de poner más dedicación en el diseño y aprovechar otros materiales, se pueden generar múltiples tipos de germinadores artesanales (hechos con barro, cerámica, etc).

También existe la posibilidad de armar germinadores verticales para lograr una mayor homogeneidad en el proceso de germinación.

De buscar opciones disponibles a nivel comercial, entonces descubriremos una amplia variedad de germinadores industriales. Esta alternativa es recomendable para quienes pretenden obtener una gran cantidad de germinaciones, ya sea con fines de alimentación o con propósitos comerciales. Es posible encontrar germinadores manuales (en este caso, la persona debe encargarse de mantener la humedad de las semillas a través de riegos frecuentes) y germinadores automáticos (aportan mayor comodidad porque es el sistema quien, cada ciertas horas, renueva la humedad aprovechando el agua conservada en el depósito).

Como resulta evidente, existe un interesante abanico de propuestas a tener en cuenta a la hora de querer que nuestras semillas (de limón, girasol, calabaza, etc) germinen.

A la hora de poner a prueba nuestras habilidades para la repostería, el ganaché aparece como una opción interesante a tener en cuenta. Se trata de una crema que permite decorar, rellenar y cubrir pasteles, tartas, bombones, trufas, bizcochos y otras preparaciones similares que cautivan la vista y conquistan el paladar con su dulzura.

Según los ingredientes que utilicemos y las proporciones que apliquemos, obtendremos diversas clases de ganaché, algunas más ligeras o espesas que otras, de acuerdo a la consistencia buscada. El más común es el ganache de chocolate (en versiones negro – amargo – y blanco) muchas veces aromatizado con alguna bebida alcohólica (licor, ron, tequila, whisky, etc) o esencia de vainilla, pero también hay quienes se animan a jugar con otros sabores para lograr resultados únicos.

Para sumar una cuota de color en muffins, por indicar una posibilidad, el ganaché de fresa es ideal, mientras que la ganaché de menta es irresistible cuando se aprovecha para rellenar bombones.

Solamente es necesario respetar las bases de la ganache: después, es cuestión de combinar productos y experimentar con la pastelería para sorprendernos con postres deliciosos de atractiva apariencia. Ganache de limón, ganache de durazno, ganache de maracuyá, ganache de marroc, ganache de mantecol y ganache de banana son otras mezclas a disposición de todo aquel que desee elaborar algún bocado dulce y tentador, pero las recetas al respecto no se agotan: investigar, buscar sugerencias y no ponerse límites a la hora de cocinar son los secretos para crear las más originales ganaches.

Para comprender qué y cómo es un gameto es fundamental tener conocimientos de Biología. Así podremos saber que esta palabra identifica a las células sexuales, tanto femeninas como masculinas, cuya unión permite originar un nuevo ejemplar de animal o especie vegetal, según cada caso.

Así como hay gametos masculinos (tal como se define a los espermatozoides que tienen la misión de fecundar el óvulo y tienen la particularidad de ser pequeños y tener una gran movilidad) y gametos femeninos (el óvulo, se destaca por no tener movilidad, tener un tamaño considerable y contiene nutrientes para favorecer el desarrollo del organismo) abarcados por el conjunto de los heterogametos (que son específicos en cada género), es posible hallar otras clasificaciones que contribuyen a aportar información de interés sobre el tema.

Quienes se especializan en cuestiones genéticas, por ejemplo, reconocen como gameto 2n o gameto no reducido a la célula reproductiva que posee la misma cantidad de cromosomas que el organismo donde se ha originado. Esto ocurre por inconvenientes en la meiosis, por el reemplazo de este fenómeno por el proceso de mitosis o bien porque tras la meiosis se ha duplicado la cantidad de cromosomas.

También es importante tener en cuenta que se define como isogameto a aquellos que son idénticos tanto en la función que poseen como en su forma. A veces, no es posible que se logre la unión de gametos procedentes de una misma célula: para que pueda concretarse tiene que haber compatibilidad entre las estirpes. Por eso se los suele considerar, según corresponda, como gametos positivos y gametos negativos con fines de reproducción.

El acto de gestionar algo se define como gestión. En la práctica, este concepto se aplica a una gran cantidad de actividades, por ese motivo a continuación detallaremos las categorías más comunes a fin de proporcionar información al respecto.

Quienes se especializan en Derecho, por ejemplo, identifican como gestión de negocios al cuasicontrato originado por cuidar intereses de otros sin mandato de su propietario.

La gestión de residuos, en tanto, es un servicio fundamental para mantener la higiene tanto en el ámbito público como privado, para minimizar los efectos contaminantes para el medio ambiente y la salud y para recuperar recursos mediante la reutilización o reciclaje. Esta gestión abarca la recolección, el traslado y el tratamiento de sustancias líquidas, sólidas y/o gaseosas procedentes del sector doméstico, industrial y comercial.

De administrar dinero, acciones, bonos, etc, por otra parte, se hace alusión a la gestión de activos, responsabilidad asumida por una institución que funcione como administradora (una entidad bancaria, por ejemplo) para decidir y asesorar sobre las inversiones más convenientes para que el inversor obtenga los mejores beneficios posibles.

La gestión sanitaria (del campo de la salud), la gestión de proyectos (para armar un plan, organizarlo y llevarlo a cabo con objetivos concretos), la gestión integral de riesgo (llevada a cabo en tres dimensiones que incluyen la prevención de un desastre, la paliación de sus efectos y la toma de medidas para evitar próximos problemas a largo plazo), la gestión remota (expresión propia del ámbito de la informática, para acceder a los equipos a distancia) y la gestión urbana (para ordenar y estipular el uso y la ocupación de territorios rurales y urbanos) son otras alternativas que se desprenden de la noción general.

Al interesarnos en los instrumentos musicales de viento descubrimos que la gaita es una de las alternativas incluidas en este conjunto. Este elemento similar a la flauta consta de un tubo perforado que posee una lengüeta sonora y de una bolsa hacia la cual se dirige el aire que ingresa por otro tubo.

Cuando se hace alusión a la gaita zamorana, por indicar un caso específico, se hace foco en un instrumento basado en una caja larga con cuerdas, las cuales son pisadas a través de teclas, mientras que la gaita gallega se caracteriza por tener tres tubos acoplados y un fuelle o bolsa de cuero.

Además de ellas, hay muchas otras gaitas tradicionales en múltiples rincones del mundo. La gaita asturiana, por agregar otro ejemplo, es más grande que la gallega aunque su lengüeta tiene dimensiones más pequeñas respecto a la otra. En la comunidad autónoma española de La Rioja, de igual forma, se apuesta por la gaita de bota riojana, así como en el municipio español de El Gastor se suele tocar la gaita gastoreña.

La gaita irlandesa y la gaita colombiana (que, a su vez, admite las clasificaciones de gaita macho, gaita hembra y gaita corta) son otras alternativas que demuestran la diversidad de este instrumento.

Cabe destacar por último que, a la hora de reconocer a las gaitas, es fundamental prestar atención al tipo de caña y a la morfología del puntero melódico. De este modo, lograremos diferenciar entre gaitas con caña simple o doble y gaitas con puntero cilíndrico o cónico.

La cuestión del calentamiento global lleva a especialistas en distintas materias, así como a la gente común, a prestar atención a las consecuencias negativas que padece el planeta por el cambio climático. Y en este marco, los glaciares adquieren un gran protagonismo.

En el último tiempo, por ejemplo, desde la NASA confirmaron que uno de los glaciares más grandes de Groenlandia se encuentra, desde 2012, en un proceso acelerado de deshielo que lo lleva a romperse y a generar icebergs. De derretirse por completo, afirmaron los expertos, en todo el planeta el nivel del mar subiría medio metro.

Hoy, a fin de ayudarlos a conocer más sobre los glaciares, aportaremos datos de interés sobre los comportamientos y particularidades de todas estas masas gruesas de hielo.

Lo primero que hay que tener presente es cómo catalogar a los glaciares en base a múltiples variables. La temperatura, por indicar un caso puntual, permite hacer alusión a los glaciares polares (se encuentran por completo bajo la temperatura de fusión), a los glaciares subpolares (se conservan fríos en sus bordes y temperados en su interior) y a los glaciares temperados (se mantienen en la temperatura de fusión excepto en sus capas superficiales).

El estudio de la topografía, en tanto, ha permitido reconocer a glaciares de transección, a glaciares de circo y a glaciares de valle, entre otros. Los glaciares marinos, por su parte, aparecen como resultado de la acumulación superficial de hielo que forma bloques que quedan flotando en el agua.

Más allá de las alternativas descriptas, es posible distinguir asimismo a los glaciares salinos y a los glaciares de roca, por detallar otras dos opciones que demuestran el amplio alcance de este concepto.

Muchas son las interpretaciones que admite la Real Academia Española (RAE) en su diccionario para el concepto de gaucho. Esta palabra, muy empleada en Uruguay y Argentina, permite describir a los hombres de campo que conservan costumbres de su patria, se visten con una indumentaria especial y tienen experiencia en las actividades del ámbito rural. Cabe destacar que, durante los siglos XVIII y XIX, se llamaba gaucho al mestizo que tenía habilidad para tareas ganaderas y era jinete nómada.

A lo largo del tiempo, este término amplió su alcance porque, además de describir a un grupo de personas, se aprovechó para identificar a un vehículo militar que desarrollaron los ejércitos de Brasil y Argentina (conocido como Vehículo Liviano de Empleo General, Aerotransportable Gaucho) y se adoptó como nombre común para el género de aves propias de América del Sur conocido como Agriornis (a la especie Agriornis lividus, por ejemplo, se la menciona comúnmente como Gaucho Grande, así como cada ejemplar de la familia Agriornis micropterus es señalado como Gaucho gris).

Al buscar mayores precisiones sobre las categorías que se desprenden de este vocablo en relación a los seres humanos, no podemos dejar de señalar que los inmigrantes judíos que poblaron el suelo argentino a partir de 1888 han sido bautizados como “gauchos judíos” en base al libro desarrollado por el escritor Alberto Gerchunoff bajo el título, precisamente, de “Los gauchos judíos”.

De ir más atrás en la Historia, también podremos recordar a los llamados Gauchos de Güemes, tal como se conoció a la milicia que estuvo al mando del militar argentino Martín Miguel de Güemes.

Para ser un experto en cuestiones geográficas es necesario incorporar muchos saberes nucleados en la ciencia que gira en torno a la descripción y a la representación gráfica de la superficie terrestre. A nivel más general, se puede aprovechar este concepto para hacer alusión a un paisaje o región determinada.

Tal vez mucha gente no sepa que esta materia se subdivide en numerosas categorías para delimitar el objeto de estudio. Por esa razón, hoy enumeraremos diversos tipos de geografía y resaltaremos sus enfoques.

La geografía zoológica, por ejemplo, centra la atención en cómo se distribuyen en la Tierra las diferentes especies de animales que pueblan nuestro planeta, así como la geografía botánica hace lo propio con el reparto de especies vegetales.

La geografía lingüística, en tanto, prioriza la distribución en una cierta zona de fenómenos vinculados a un idioma puntual, mientras que la geografía física es la rama especializada en cómo se configuran los mares y las áreas terrestres.

También es posible distinguir a la geografía histórica (aporta información sobre los pueblos y Estados que han ocupado la Tierra a lo largo de los años), a la geografía política (hace hincapié en cómo se organiza y se divide el planeta para que el ser humano viva allí delimitado por fronteras, con sistemas de gobierno, organizado a través de instituciones, etc), a la geografía rural (analiza las particularidades geográficas del entorno rural: el estilo de vida, las actividades propias de la zona, los asentamientos, etc) y a la geografía social (nucleada en el conjunto de la geografía humana, para estudiar cómo una sociedad se vincula con el territorio), por enumerar otras alternativas a modo de referencia.